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Espectáculo

La obra 'Oh vino' ofrece un ritual que repasa con humor los caldos de Málaga

Cuarenta espectadores se sientan en el Museo del Vino ante una copa de un caldo malagueño. Un actor o chamán o Baco redivivo o bardo venido de hace 7.000 años nos introduce en los pormenores de este alimenticio y ancestral líquido. La obra Oh vino propone un ritual cargado de humor que repasa la historia paralela entre esta bebida mágica, el teatro y el devenir de la humanidad. David García-Intriago, fundador de la compañía La Líquida, recorre lo ancestral y telúrico y también lo más terrenal y actual del rojo elixir en un espectáculo de casi dos horas plagadas de comicidad y anécdotas que ayer celebró la primera de sus doce funciones incluidas en el Festival de Teatro de Málaga.

«Al principio el público va a beber una copa de vino, pero luego acaba bebiéndose la sangre de un dios», dijo esta mañana García-Intriago. Oh vino relaciona los orígenes y evolución de los caldos con la historia de la humanidad de una manera íntima y con cuentos, mucha interacción con el público y siempre con la risa como canalizador de la trama. «Teatro y vino son hijos de un mismo dios», asegura el chamán o actor llamado David García-Intriago, que relató igualmente que el aforo de 40 espectadores no es casual, pues está ligado a Dioniso, a Jesucristo, a los días de la vendimia o al coro griego.

Este singular montaje se empezó a gestar hace dos años, se estrenó en el Museo del Vino, ya ha viajado a Gijón, le espera una visita a Granada y tiene tendidos lazos por diversos festivales y denominaciones de origen de distintas regiones.

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