«Es una estampida. Cada animal en el oeste americano, vacas y caballos y antílopes y búfalos, todos a la carga a través de la maldita superficie». Así describió Jackson Pollock una de sus obras maestras, Mural, su filosofía creativa condensada en 242,9 x 603,9 centímetros y que muchos consideran la respuesta norteamericana al Guernica de Picasso. Por eso, resulta de lo más apropiado que se vaya a ver en una de las pinacotecas del genio malagueño en su tierra natal, el Museo Picasso Málaga. Sí, una de las obras clave del arte made in USA se exhibirá en el Palacio de Buenavista en primavera del próximo año. Aprovechando las obras de la Universidad de Iowa -en 2008 sufrieron unas inundaciones que obligaron a pensar a trasladar el pollock a otro emplazamiento-, la pieza del más febril artista americano se embarcará en una gira europea, que comenzará en Venecia el próximo 26 de abril; después pasará por el Kunsthalle de Berlín, llegará a nuestro Picasso, única parada española y recalará en Londres antes de regresar a Iowa -a cuya universidad la megaheredera Peggy Guggenheim donó la obra-

Mural fue un encargo de Guggenheim al entonces desconocido -recordemos, 1943- artista Jackson Pollock para vestir uno de sus edificios neoyorquinos. El artista empleó algo más de doce meses para elaborar lo que una crítica del The New Republic, en 1945, estimó «un éxito casi increíble». Desde entonces, la obra maestra de Pollock ha viajado por medio EEUU, siendo donada a la Universidad de Iowa por ser éste uno de los centros pioneros en la formación en el arte contemporáneo. Y allá donde va, la curiosidad y el estudio la acompañan. Por ejemplo, tras ser restaurada en el Getty de Los Ángeles fue exhibida allí mismo, rompiendo el récord del centro: registró más de 300.000 visitantes entre marzo y junio.

Resulta lógico el interés que despierta; pocas obras como ésta sintetizan espíritus y filosofías creativas aparentemente distantes pero aquí en fructífero diálogo: los expertos en Mural ven en la obra la influencia del primer mentor de Pollock, Thomas Hart Benton; el paisajismo del Oeste y la filosofía e imaginería de loss nativoamericanos, los murales mexicanos, el realismo social soviético, la caligrafía asiática, el lenguaje cinematográfico, la psicoterapia de Jung y, cómo no, el grito picassiano del Guernica -elaborado cinco años antes-. Poder verlo en nuestra ciudad será una de esas experiencias que marcan y transforman.