Álex Meléndez, El Zurdo, es uno de esos personajes de Málaga que hay que conocer sí o sí. Joven rockero de los de siempre, de los pocos showman que tenemos en Málaga (denle un escenario, por pequeño que sea, y se la formará), insaciable escritor (no le basta con componer canciones: colabora en La Opinión hablando sobre el día a día de un músico como él) y carismático animal social. Este sábado cierra casi en La Cochera Cabaret (22.00 horas) la aventura de Acto de Fe, su primer disco a su nombre (tras el proyecto Vicios Caros), producido por su ídolo Candy Caramelo, hombre de confianza de Andrés Calamaro, y grabado en Madrid con colaboraciones de lujo como las de Ariel Rot y El Twanguero. Le acompañarán un nutrido grupo de invitados, comandados por Adolfo Caimán, Julia Martín y Adriana Rosa. «Tengo la suerte de levantar el teléfono y disponer de un plantel de gente que quiere trabajar conmigo. Son unos artistas de campeonato pero, sobre todo, son gente decente. Son muchas horas de carretera, ensayos, bolos y sin un grupo humano firme y con buen fondo, esto sería imposible de aguantar».

Termina una etapa. ¿Qué ha sacado en claro de este tiempo con estas canciones?

Lo más importante: encontrar el sendero correcto, que no es poco, el principio del cordel para guiarme... Más que un disco ha sido una escuela de rock acelerada, lo que tengo que dejar atrás y lo que tengo que potenciar, a buscar mi voz tanto literalmente, como metafóricamente, mi estilo, mi sonido y mi firma. «A ser el Zurdo no te va a ganar nadie», me decía un amigo y en ello estoy. El presentar estas canciones delante de un público tan distinto en diferentes ciudades y ver sus reacciones me ha ayudado mucho a confiar en esa senda elegida. Y me gusta mucho saber que no hay una canción más importante que otra; cuando me dicen me gusta ésta o la otra, quiere decir que no es un disco con tres temas buenos y el resto de relleno, es un todo y es lo que quiero seguir buscando. Esto es sólo el pistoletazo de salida.

Su apuesta ambiciosa con Candy Caramelo y músicos de allí, ¿cómo se ha saldado? ¿Cree que necesitaba ponerse el listón alto para empezar a trabajar ahora a partir de ese nivel?

Fue una apuesta al todo o nada que me ha hecho multimillonario en experiencias y aprendizaje. En una época en que veía el panorama que me esperaba si seguía con lo mismo sin jugarme la boca, decidí con muchas fatigas ir a lo grande y hacer un proyecto profesional, teniendo la inmensa suerte de hacer un binomio muy potente sin forzar nada con el maestro Caramelo. Él me ha enseñado la vereda por la que quiero transitar y de ahí no me salgo. Todo ha sido beneficioso y el orgullo personal de demostrar que querer es poder. En un momento de mi vida en que no daban un duro por mí y la inmensa mayoría de gente que me rodeaba decía que era una locura, con trabajo y talento se llega donde tu te propongas. He conocido a gente maravillosa en la capital con la que mantengo una amistad verdadera, me respetan y me dan mi sitio; venda un millón de discos o mil, saben quien soy y lo que hago y me quieren por ello: Ariel Rot, El Twanguero, Rubén Pozo, Dani Martín, Jaime Urrutia y un largo etcétera de gente a la que admiro. Una experiencia que queda en mi corazón y me da fuerza para seguir haciendo lo que hago.

Ya está componiendo para el próximo disco.

La verdad, estaba un poco temeroso del folio en blanco. La vida me ha cambiado para mejor una barbaridad en lo personal, tengo una chica maravillosa que alegra mis días, un hogar y una gata, nada que ver con mi otra fase donde escribí el disco, que todo era muy loco, muy insomne y muy vivir para escribir. Pero el miedo a escribir estando feliz y estable saltó por los aires con los nuevos temas: escribir de otros y de situaciones que observo, versos fotográficos, imágenes... Lo que está saliendo es mucho más maduro y menos expuesto. En lo musical será más heterogéneo, pisando estilos que he estado alimentando todo este tiempo, el american vintage music, que dicen los expertos; ahora me veo más capacitado para desarrollarlo y que suene a verdad. Y darle rienda suelta al Machín y al Bambino que hay en mi tintero. Sin pensar en comercial o minoritario: lo que me dé la gana.

La conexión Madrid-Málaga me parece a mí que va a funcionar de nuevo a pleno rendimiento con importantes colaboraciones.

Me quedé con las ganas de colaboraciones vocales más que instrumentales en Acto De Fe, no hubo tiempo para ello, pero en el siguiente sí quiero profundizar en mis amigos artistas y trabajar con ellos no meramente de la superficie de cantar una estrofa para decir «Ha cantado en mi disco fulanito ni menganito, si no trabajar codo con codo con ellos». Javier Gurruchaga, Jaime Urrutia, Rubén Pozo, Ariel, Twanguero... Tender la mano y si es posible hacer algo desde el corazón, como un traje a medida para ambas partes. Sería maravilloso. Y, cómo no, componer con el maestro Caramelo, hacer algo con fondo y forma definida es lo que quiero y por supuesto grabar en directo todos y con mi banda actual.

¿Qué canción le queda por escribir?

Tengo muy claro la que nunca voy a hacer, que es la de salir del paso, la de relleno, la de pensando en el público para contentar a nadie, la que esté de moda... Ésa espero que nunca pisen un folio en blanco, porque en ese caso me dedicaría otra cosa.