Tiene Alfred García una buena legión de fans que no dudan en ser testigos de su primera gira en solitario. Y Málaga no podía ser menos. Era un concierto muy esperado y este viernes se notó a las puertas de la Sala París 15 de la capital, donde gente de todas las edades esperaba para disfrutar de la música en directo del cantante y compositor catalán.

Y sí que disfrutaron, porque donde de verdad se siente cómodo el joven artista es sobre un escenario, un escenario tan particular cómo él, diseñado a la medida y que traslada a su público a los sones de su canción 'De la Tierra hasta Marte', uno de los temas que forman parte de su primer trabajo discográfico, '1016', con el que ha demostrado que tiene la fuerza necesaria para quedarse en el panorama musical durante muchos años. Con una banda con la que se complementa a la perfección y con la que ha creado ya una pequeña familia y un directo que no tiene nada que envidiar a otros más veteranos, Alfred salió con ganas de contentar y hacer divertirse a su público malagueño, con el que comparte algo más que la pasión por la música: reveló que su abuelo paterno es boquerón.

Pasadas las 22.00 horas comenzó la acción y ya no hubo respiro. Casi una veintena de temas para dejar ver que sabe navegar bien entre diferentes estilos y que no se equivocaron los que desde aquella gala cero de OT2017 vieron en él un artista con potencial. Para empezar, la canción que da título al disco, para seguir calentando con uno de los temas que se han convertido en un himno desde antes de salir de la academia, Que nos sigan las luces, que llenó de buen rollo la sala. Siguieron temas como 'Barcelona', 'Wonder', que en su disco canta con Pavvla, o 'De la Tierra hasta Marte'.

Pero también hay hueco en los espectáculos de Alfred García para temas más intimistas (en varios momentos todo se redujo a él y al piano), como 'La Ciudad' o 'Volver a empezar', canciones en las que el catalán deja claro su talento para la composición, con letras que llegan muy adentro. Y, por supuesto, no faltaron otros himnos que nacieron entre las cuatro paredes de la academia, como 'Londres' o 'Por si te hace falta', en la que es inevitable recordar las lágrimas de sus compañeros cuando la cantó la primera vez en la sala del piano (anoche se bajó del escenario para cantarla más cerca de sus fans). Y sonaron 'Madrid', 'Sevilla', 'No cuentes conmigo'... y hubo emoción cuando en su voz entonó 'Et vull veure' y 'El himno del Prat'. Para finalizar, 'Let me go'.

Alfred García a sus 22 años ha demostrado que vive por y para la música. Es un chute de alegría disfrutar de su directo, también una mezcla de emociones, felicidad al poder disfrutar de alguien que es feliz en el escenario. Sus conciertos nunca son un melodrama infinito. Escúchenlo.