Dellafuente pertenece a esa generación de artistas urbanos españoles que han logrado el éxito a su manera, esperando a que las multinacionales llamaran a su puerta, imponiendo ellos las condiciones. Con internet como gran aliado y el boca-oreja de una parroquia de jóvenes que no encuentran en la radio y en lo mainstream lo que les apetece escuchar, ellos están marcando ahora el minuto. La prueba es que el granadino actúa este fin de semana en la Sala París 15 habiendo colgado el cartel de no hay billetes hace ya bastantes días.

Pablo Enoc Bayo, nombre real de Dellafuente, siempre ha hecho las cosas a su manera. Por eso considerarle exclusivamente como practicante de trap es reducir demasiado su propuesta, que bebe de muchos más sones y ritmos, con lo latino y el flamenco por encima de todos ellos. De esa mezcla que siempre ha existido en su cabeza (este hombre siempre ha escuchado tanto a Los Chichos como a Héctor Lavoe, por poner dos ejemplos) ha surgido un sonido propio, personal e intransferible, que ha cristalizado en discos como Ansia viva, autoproducido, claro, y uno de los grandes hitos de la música urbana española.

C. Tangana (junto a él firmó la canción que significó para muchos el descubrimiento de Dellafuente, Consentía), Mala Rodríguez y hasta Novedades Carminha han contado con los servicios de un hombre comprometido (la letra de uno de sus temas es un poema de Federico García Lorca) y enamorado de su tierra. «Personalmente, no creo que haya una cosa más bonita en la música que tener el sello personal de donde vienes. Cualquiera que escuche mi música sabe de donde vengo, lo que intento representar son cosas muy arraigadas en Andalucía. Yo estoy muy orgulloso de ser de donde soy y por eso lo llevo por bandera. De todas formas, también te digo que uno no elige dónde nace y que las fronteras las ha construido el hombre», declaró en una entrevista con El Salto.

Dellafuente también es un empresario de éxito: su fusión con la empresa Latigo ha servido para crear Dellafuente F.C., una línea de ropa y accesorios que ha colaborado incluso con Nike. «El márketing lo vi fundamental desde el principio, ya que siempre vi mi música como una empresa. El márketing no le quita la pureza y lo real a la música. Hay que ser consciente de que en este mundo tú eres un producto y puedes vivir de él». La música ya no es sólo música, desde luego.

Ahora trabaja con Sony (no para ellos) pero Pablo Enoc Bayo sigue haciendo las cosas a su manera, contando con la familia, «la de sangre y la de los colegas», dice, y estando bien plantado en el barrio. A él le va muy bien siendo cómo es, y no tiene pensado cambiarlo.