La Málaga desmemoriada tuvo en la demolición de Villa Maya uno de sus más recientes y tristes ejemplos: la histórica casa del cónsul honorario de México, Porfiriou Smerdou, el Schindler de la Guerra Civil en nuestra capital, no se encontraba en el catálogo de edificios protegidos del PGOU y, tras la autorización del Ayuntamiento, fue derribada para que se levante un chalé unifamiliar. Afortunadamente, en paralelo, cada vez más investigadores, escritores y realizadores audiovisuales asumen con esfuerzo la misión de que la sociedad no olvide a este hombre que escondió en su residencia del Limonar a malagueños de derechas, falangistas y religiosos en los primeros seis meses de dominio republicano y a republicanos tras la llegada de las tropas de Franco (después, jugándose el tipo y echando mano de sus contactos, colaboraría en su huida del país). El Cine Albéniz estrenará el documental La lista de Smerdou, otra estupenda manera de burlar un flagrante olvido histórico con nombre y apellidos. La cita, el próximo 30 de octubre.

El documental, producido por Quinta Planta, patrocinado por Fundación Málaga y con la colaboración de Canal Sur, se suma al cada vez mayor stock bibliográfico y audiovisual sobre Smerdou, iniciada con la decisiva biografía novelada El Schindler de la Guerra Civil, publicada hace década y media por el popular periodista Diego Carcedo; el libro inspiró al investigador Félix Álvarez, quien, tras un ingente trabajo de documentación, publicó La lista de Smerdou. Los refugiados de Villa Maya. Málaga 1936-1937, editada por Ediciones del Genal y que ya va por su segunda edición.

Como bien dice uno de los entrevistas por Hernández Arango (autor, por cierto, del reciente documental sobre Pablo Ráez, Siempre fuerte), cuando en nuestro país todo el mundo mostraba su peor cara, Smerdou nos demostró que aún seguíamos siendo seres humanos, ofreciendo, en palabras de Enrique Llovet, «su pan, su hogar y su tranquilidad». Como nos interroga Carcedo también en el documental: «Si llamara a la puerta de su casa una persona que ha dormido una noche en el monte y le asegura que está siendo perseguido, ¿usted qué haría?». El cónsul lo tuvo siempre claro, y terminó salvando a 567 personas de una muerte segura.

La lista de Porfirio es también una reivindicación de esa Villa Maya que amparó a tantos seres humanos en un momento en el que la historia. Se trata de «un símbolo de concordia y de dignidad» reconocen algunos de los familiares y estudiosos de Smerdou. Pero ahora es un solar propiedad de manos privadas. En el pleno municipal del mes de marzo, todos los grupos políticos acordaron trabajar de forma conjunta con la Junta de Andalucía «para obtener el solar de Villa Maya sin descartar su reconstrucción e implantar un centro cultural de la concordia que permita un uso moderno y a la vez recuerde y sirve de memoria de lo allí acaecido». El Gobierno andaluz respondió en junio pasado que no se determinará como Sitio de Memoria Histórica porque en su informe el Consejo de la Memoria Histórica y Democrática de Andalucía dictaminó que «fue lugar de refugio de fascistas».