Pablo Alborán está «ilusionado ante una etapa nueva» que musicalmente abrió ayer con Tabú, tema inédito junto a la cantante pop estadounidense Ava Max en el que descubre nuevas colores y que, tal y como describe el título, ha supuesto derribar ideas preconcebidas sobre su estilo. «Musicalmente esto era un tabú. Siempre se me ha catalogado como cantante romántico, pero yo odio el catálogo en todo, en mi vida personal y en la música más», reconoce de manera franca el artista en una charla pocas horas antes de presentarse la canción y el videoclip (casi un cortometraje) que lo acompaña.

Los primeros segundos anticipados en los días previos, con un ritmo más rápido de lo habitual en él, ya hizo que algunas personas se llevaran las manos a la cabeza ante la perspectiva de que «no volviera a ser el mismo». «La canción la he compuesto yo, sigo cantando yo, así que mi esencia está ahí», subraya Alborán, para quien este tema lo que marca es «un momento y que ese momento se alargue lo que tenga que ser». De hecho, está componiendo «sin parar, viajando y haciendo cosas distintas que igual no salen, aunque el propósito es que haya un nuevo álbum el próximo año».

Es el próximo año también cuando debería lanzarse el álbum de debut de la intérprete y compositora Ava Max, quien se ha propulsado a la fama gracias a múltiples colaboraciones y, sobre todo, por el éxito de canciones propias como Sweet But Psycho. «Esta canción surgió en mi casa, primero la melodía. Me di cuenta de que podía encajar con el inglés y el español. Cuando se lo propusimos a Ava, mandó la canción inmediatamente, a los tres días, y eso me hizo darme cuenta de su ilusión», rememora su autor.

Para Alborán, esta colaboración entre países también podría abrirle otras puertas. «Las que se tengan que abrir, pero no lo he hecho con el objetivo de cruzar el charco, como se dice. Ya he trabajado antes allí, igual no en inglés, pero toda mi intención ha sido pasármelo bien», asegura.

Lorca

El videoclip, realizado por el malagueño Santiago Salviche (autor del clip de El anillo, de Jennifer Lopez) recupera el espíritu de 'Bodas de sangre' de Federico García Lorca en «una historia con raíz, mezclada con un ambiente a lo Blade Runner o Juego de Tronos, algo de vikingos también y de atmósfera futurista". En él, siguiendo el relato original, la protagonista rompe un tabú al enamorarse de otro justo antes de casarse, en un matrimonio planificado por la familia. «Buscábamos un vídeo con dramatismo, a la vez que sensual y elegante, desde la humildad y el respeto a Lorca», señala Alborán al puntualizar que «no pretendía reivindicar nada» pero que, dicho eso, «ojalá que todo el mundo pueda querer a quien quiera».