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Música

Fernando Brox, una trilogía encomendada al jazz

El instrumentista llama «flauta biónica» su aproximación al instrumento: «Modulo el sonido natural de la flauta a través de pedales de efectos para abrir un horizonte de posibilidades expresivas y estéticas»

Fernando Brox, una trilogía encomendada al jazzLa Opinión

La flauta del músico y compositor malagueño Fernando Brox sigue recorriendo los caminos del jazz con solvencia y fruición, a pesar de la pandemia. En los últimos tiempos, ha capitaneado sendos trabajos discográficos, Broxila y Factor Humano, que se han sumado al iniciático Secreto (2017). En la confección creativa y la grabación de estos últimos álbumes se aprecia, igualmente, el trayecto que sigue su vida entre su Málaga natal y la Barcelona en la que ejerce como profesor de flauta travesera en el Taller de Musics.

En relación a los ingredentes de Broxila, confiesa que ha intentado desarrollar composiciones encaminadas «hacia un sonido a caballo entre el jazz moderno y el jazz fusión, que sirva de marco para lo que llamo la flauta biónica». «Modulo el sonido natural de la flauta a través de un set de pedales de efectos controlados en vivo y esto le abre un horizonte de posibilidades expresivas y estéticas a un instrumento que, según mi punto de vista, en ocasiones corre el riesgo de ser encasillado en estilos musicales muy concretos», asegura.

Además, Fernando Brox no pierde de vista a los compañeros de viaje, abonados a una de las diversas formaciones que compagina, que le han acompañado en esta aventura concreta: «Tengo la suerte de estar acompañado de músicos increíbles, flor y nata de la escena del jazz en Cataluña, como Toni Saigi al piano, Pau Sala al contrabajo y Carlos Falanga a la batería», recalca.

Agradecimiento

Respecto a Factor Humano, sostiene que «es un disco que quería hacer como agradecimiento a los músicos que están en el proyecto». «Enrique Oliver y Julián Sánchez -amén de otros nombres ilustres como Ernesto Aurignac, Tete Leal o José Carra- tienen la culpa de que haya adoptado el jazz y la improvisación como forma de vida; a Juanma Nieto, Bori Albero y Toni Vaquer los conocí después, pero igualmente son músicos y personas muy importantes para mí de los que aprendo muchísimo y con los que es un regalo compartir todo esto», añade.

En definitiva, Fernando Brox admite que «la música de Factor Humano es una excusa para crear un punto de encuentro con estos fenómenos». «Es un disco que considero bastante ecléctico: hay swing, temas progresivos con componentes sinfónicos, latin, bolero, improvisación libre e incluso un homenaje a los Maytals, banda jamaicana mítica», detalla el músico malagueño.

Fernando Brox encontró su lugar en el jazz, donde ha compartido ya escenario con la inmensa mayoría de los grandes instrumentistas del panorama nacional, tras pasar por la música clásica en la Orquesta Joven de Andalucía (OJA) y formarse en el Conservatorio Superior de Málaga o como Bachellor of Music en el Royal College de Londres. No obstante, proclama la hetereogenidad a la que invita la creación musical: «Una de las cosas que me apasiona de este mundo es que no se tiene un lugar concreto, sino muchos, tantos como uno quiera; según mi modo de entenderlo, el jazz es más que un estilo musical: es una manera de hacer y de vivir la música, una mentalidad integradora que encuentra elementos comunes en cosas diversas y crea nueva vida, el jazz es una música inclusiva en la que prima la expresión artística de las personas, de forma colectiva e individual», señala.

Fusión constante

A juicio de Brox, la naturaleza del jazz a la que se refiere se refleja «en la constante fusión con músicas folklóricas o con cualquier otro estilo a lo largo de los últimos cien años, si no más». «De hecho, el jazz de los años 20, por decir algo, es una fusión; esta actitud integradora permite que la música en sí se renueve constantemente y esté viva, por lo que creo que mi evolución responde a la necesidad de estar abierto a este hecho», defiende el músico malagueño.

Ahora mismo, Fernando Brox vive la crisis sanitaria con «sensaciones extrañas, como todo el mundo». «A nivel profesional, vivimos el drama de las cancelaciones de conciertos, que nos ha dejado tan tirados a tantas personas que trabajamos en el sector cultural, ya que si antes era difícil ganarse la vida tocando y haciendo conciertos, ahora poder tocar en público se ha convertido en un lujo y esto es muy triste; sólo espero, como todo el mundo, que podamos volver a la normalidad cuanto antes», apostilla con el deseo de seguir expandiendo sonidos como los que atraviesan la trilogía discográfica que este treintañero ha encomendado ya a los caminos del jazz.

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