El Real Unión, conjunto de Segunda división B, firmó la proeza en el estadio Santiago Bernabéu, para instalar la crisis en un Real Madrid, al que no sirvió de nada el recital de Raúl González, autor de tres tantos, ni la esperanzadora aparición de un canterano como Alberto Bueno.

El Real Madrid se despidió a las primeras de cambio de su primer título, la Copa del Rey, sonrojado ante un Segunda B, que prolongó su gafe en una competición que no gana desde 1993 y en la que encadena actuaciones más ridículas cada temporada.

Un histórico del fútbol español como el Real Unión, ahora instalado en el pozo de la Segunda B, tuvo ante las cuerdas en todo momento al Real Madrid, incrédulo e impotente, en un día en el que los jugadores que debían reivindicarse ante Bernd Schuster quedaron retratados.

Con las ideas más claras, Abasolo asestó el primer golpe. Un error de Marcelo, acabó en centro cruzado y a placer superó a Dudek con su derechazo (m.14).

No daba señales de vida un Real Madrid, que vio pasar 32 minutos hasta que chutó a puerta y en semifallo de Raúl. Viendo el panorama el capitán se multiplicó. Ayudó en el centro del campo, para tocar con criterio y dar velocidad, y asomó siempre con peligro en ataque. Un pase desesperado de Marcelo lo transformó en gol, aprovechando la salida en falso de Eduard.

Nacía la segunda parte con un Real Madrid con defensa de circunstancia. Un fuerte golpe en el cuello dejó a Cannavaro en la caseta. Se aprovechó de ellas Manu, que con su pase en profundidad, rompió a Metzelder y dejó a Salcedo en un mano a mano con Dudek, que acabó en gol.

Así, sin fútbol, el Madrid apeló a la garra para remontar. Inmediatamente Saviola, en su mejor acción, forjó la igualdad. Una pared con Sneijder y pase de gol a Raúl. Tenían 39 minutos para remontar y por primera vez desde que llegó al Madrid, Schuster confió en la cantera. No le falló.

El máximo goleador del Castilla, Alberto Bueno recortó a un defensa y desde el vértice del área soltó un misil a la escuadra. Raúl cerró su gran noche, firmando su tercer gol cuando buscaba el desmarque de Bueno. Parecía la sentencia. Pero el enésimo error de la defensa blanca remató una noche negra. Eneko Romo, al borde del fina cabecea a la red el gol que saca las vergüenzas blancas y clasifica al Real Unión.