El español, quien ayer protagonizó una épica remontada ante el ruso Marat Safin, otrora número uno del mundo y actual número veinte, consiguió deshacerse de su rival en una hora y tres cuartos de partido y ahora deberá enfrentarse en octavos de final al serbio Novak Djokovic (3), tercer cabeza de serie del torneo.

Sabedor de que no quería repetir el error del partido contra Safin, aquel que le llevó a tardar demasiado en meterse en el encuentro, Robredo salió a por todas desde el primer momento y consiguió romper el saque en el primer juego a su rival.

Esa aparente ventaja que reflejó el marcador del primer set para el español, a pesar de que los juegos fueron muy disputados, se fue diluyendo posteriormente en el segundo hasta que Robredo, nervioso, dejó que se le escapara una oportunidad de rematar el partido con su servicio.

Entonces llegó la igualada a juegos del alemán que forzó un desempate en el que el español lo vio claro: había que ganar de cualquier modo para evitar que le ocurriera como a su rival ayer, es decir, tener el partido a punto y dejarlo escapar por los nervios.

Con esta victoria, el tenista se confirma como una de las principales bazas de la "armada española" de cara a la reconquista del cetro del torneo romano, en posesión de Rafael Nadal de 2005 a 2007 y que fue arrebatado el año pasado por Djokovic, verdugo ayer del español Albert Montañés (33).

Parece que el serbio está destinado a enfrentarse con españoles en este torneo, porque los dos partidos que habrá disputado, por el momento, serán con tenistas de España: el primero ante Montañés y ahora el segundo, en octavos de final, ante Robredo.