Málaga se echó a la calle para vivir y celebrar el éxito de la selección española de fútbol, que anoche se proclamó, por primera vez en su historia, campeón del mundo. El golazo en la prórroga del albaceteño Andrés Iniesta encendió la mecha de la pasión. Desde Nerja hasta Manilva, pasando por la capital y todos los pueblos del interior, Málaga se puso al rojo vivo con el fútbol del equipo de Vicente del Bosque. Fue una noche de frenesí y de excesos, de fiesta sin parangón. Una marea ingente vestida con las camisetas de la selección pobló las principales arterias de cada población. En la calle Larios no cabía un alfiler. Al igual que en todas las plazas, como la de La Constitución, y todos los puntos de interés de los 101 municipios de la provincia. Como en cada gran fasto, hubo de todo: gritos, alegría, alcohol, algarabía, bocinas, alguna que otra bronca y orgullo por ser español. La fiesta más grande del fútbol mundial se vivió en las calles de Málaga. Hasta las tantas. A ver quién es el guapo que va hoy a trabajar.