El Real Madrid volvió a divertirse en el Santiago Bernabéu tras un periodo alejado del buen fútbol, recuperó ante la Real Sociedad su alegría y a un futbolista como Kaká, que por primera vez se encontró cómodo desde su grave lesión y dirigió el ataque aliado con Cristiano Ronaldo, que fulminó con un doblete su sequía goleadora.

La Liga está dejando un duelo para la historia. Leo Messi contra Cristiano Ronaldo. Los dos mejores futbolistas del planeta se exhiben cada jornada. El hat-trick del argentino y cuatro partidos sin marcar, empujaban al portugués hacia la ansiedad. Recién cumplidos 26 años y con ganas de celebrarlo sobre el césped, la Real Sociedad estaba señalada.

Por segunda vez José Mourinho apostó por las rotaciones. Por primera vez le funcionaron. La entrada en el equipo de jugadores frescos como Garay, Lass, Kaká y Adebayor permitieron al Real Madrid cambiar el ritmo de sus últimos partidos. Desde el primer instante mostró al Bernabéu que le esperaba una tarde de diversión.

La grandeza en un pasado reciente de Kaká provocó que Mourinho le concediese un trato diferente. Otros regresan tras meses lesionados y no juegan –Gago–, pero con el brasileño fue distinto. Su aparición era un mensaje de optimismo. Reapareció muy justo de forma y según mejora su físico va mostrando detalles del jugador que fue. Ante la Real Sociedad disfrutó de su mejor día. Recuperó sensaciones perdidas. Se asoció siempre con su amigo Cristiano y desequilibró.

Ya en el primer minuto rozó el gol con un disparo ajustado. El Madrid saltaba en tromba, olvidado el desgaste de la Copa del Rey ante el Sevilla. El planteamiento de Martín Lasarte se vio superado en todo momento. Sus defensas no daban abasto para tapar huecos ante la movilidad del rival. Llegaban siempre tarde. La entrada de Marcelo sube de marcha al Madrid.

Cristiano se desquiciaba con dos oportunidades falladas. Lo bueno para él estaba por llegar. Antes le tocaba a Kaká. Hizo un gol elegante el brasileño a los ocho minutos. Controló en carrera con la derecha y disparó pegado al palo con la zurda. El Real Madrid encontraba el premio al trabajo bien hecho. A los veinte minutos, los dos grandes protagonistas del encuentro volvieron a asociarse. Kaká encontró a Cristiano, que recortó con la derecha y desde la frontal soltó un latigazo con la izquierda directo a la red. Llegó el tercero a cinco minutos del descanso con un testarazo de Cristiano a un saque de esquina medido de Ozil. La Real sólo fue lucha y encontró el gol de la consolación en un tanto en propia puerta de Arbeloa. La fiesta la cerró Adebayor.