Los integrantes del equipo Optimist del Real Club Mediterráneo sueñan desde muy pequeños con llegar lejos en el mundo de la vela. Todos ellos trabajan duro semana a semana en las instalaciones del club malagueño unidos por la misma pasión: Navegar. Bajo la supervisión de su entrenador, Álvaro Martínez, que ya vivió en su día lo mismo que ellos en sus inicios, están cuajando unos grandes resultados en los campeonatos provinciales y se preparan para cuando llegue lo más duro: los andaluces, nacionales y campeonatos internacionales.

Los Adolfo Villalón, Antonio Villalón, Jaime Benthem, Gabriela Tovar, Carlota Caffarena, Jaime Marqués, Miguel Jiménez, Luis García y Lucía Pérez -todos ellos compitieron este fin de semana en la Copa Andalucía en Málaga-, junto a otros compañeros, se lanzan cada viernes tarde, sábados y domingos durante todo el día, al agua para entrenarse bajo las órdenes de Álvaro Martínez. Es trabajo sacrificado, pero su pasión por navegar hace de ello una diversión. Y los resultados lo demuestran.

«Entrenamos unas cuantas horas cada día que venimos, con descansos para que no se colapsen con tanta información. Está claro que vienen porque quieren, les encanta navegar, si no estarían su casa. Yo lo he hecho desde chico y por eso lo veo normal», dice Álvaro Martínez.

El entrenador de Optimist del Real Club Mediterráneo asegura que se ha formado un gran grupo que lleva ya varios años trabajando juntos y están consiguiendo buenos resultados a nivel provincial, aunque Martínez espera que den la talla a la hora de la verdad. «Llevan tres o cuatro años juntos y desde chicos han empezado bien. Los pequeños van cogiendo rueda y aprenden de los mayores. Los mayores están destacando más. Lo están haciendo muy bien de momento a nivel provincial. Veremos cómo se portan a nivel andaluz y nacional, que es de verdad cuando tienen que hacerlo bien», comenta.

Martínez explica las ventajas y desventajas que tiene trabajar con chavales tan jóvenes, sobre todo a la hora de meterles en el cuerpo el «gen competitivo». «Algunos ya son competitivos de por sí, incluso hay que frenarlos un poco. Pero si hay que meterles más caña y si no estás encima se duermen en los laureles. Del más nervioso al más tranquilo, se pegan lo bueno entre ellos», señala.

El Optimist es una modalidad de vela reconocida por la Federación Internacional, y diseñada para los más pequeños, donde los regatistas compiten de forma individual con embarcaciones de poco más de dos metros de largo y 35 kilos de peso. La edad para competir es entre los 6 y los 15 años, por lo que algunos de los malagueños que integran el equipo del Real Club Meditérraneo pronto deberá dar el salto a una nueva modalidad. Álvaro Martínez ve futuro entre sus pupilos, aunque «dependerá de ellos y de las ganas que tengan de competir», explica.

Habrá que estar muy atento en los próximos meses y años para seguir la evolución de estos amantes de la navegación en el mundo de la vela. El futuro está en sus manos.