Fue bonito mientras duró, pensarán aquellos que siguieron el partido del Pabellón Alameda entre el CB Morón y el IF Clínicas Rincón. El equipo malagueño cayó con la cabeza bien alta ante el equipo sevillano a pesar del abultado marcador con el que terminó el partido (66-49)

Con muchas ganas y sobretodo mucho acierto salió el Instituto de Fertilidad Clínicas Rincón a un Pabellón Alameda completamente repleto en la tarde del sábado. Dos equipos andaluces y el ambiente de derbi en el aire obligaban al equipo malagueño a tirar de la heroica para ganar un encuentro en el que tan solo contaba con ocho jugadores disponibles. Con esa mentalidad saltó a la pista de Paco Aurioles, que desde el primer instante mostró que quería pelear el partido de principio a fin. Con Carlos Corts, Romaric Belemene y Cristian Uta en la faceta ofensiva, al CB Morón le costaba desplegar su juego rápido y eléctrico al que tiene acostumbrado a su parroquia. Las primeras ventajas beneficiaban en todo momento al conjunto vinculado a Unicaja, que a falta de Viny Okouo, tiró del rumano Uta para hacerse grande en la pintura. Si por el exterior era Romaric quien sumaba junto al base granadino, el ‘12’ se movía con solvencia por dentro, anotando hasta de cinco metros los tiros que le concedían sus defensores. Con el primer parcial peligroso en contra de Morón (6-13) Javi Fijo dio salida al experimentado base Rafa Rufián. Lo notaron los sevillanos en la fluidez de su juego, pero el Clínicas estaba como loco por llevarse el triunfo y seguía anotando con facilidad. El primer periodo acabó con 13-18, pero aún quedaba mucho por pelear.

Tiró de un parcial inicial en el segundo cuarto el CB Morón para meterse en el partido. Con 17-20 parecía que metía presión a un Clínicas que jugaba bien y con confianza y al que el físico le respetaba por el momento. No se dejó intimidar entonces el equipo, ya que volvió a tirar de la efectividad de Cristian Uta para seguir sumando puntos en la pintura (17-26). Con contraataques rápidos conducidos por Rufián y devolviéndole la partida un inspirado Carlos Corts, los momentos previos al descanso fueron de una intensidad enorme, muy físicos en los postes de ambas canastas y con muchas jugadas de méritos por parte de ambos conjuntos. De este modo, al descanso se llegó con un apretado 29-30 y con muchas sensaciones buenas a pesar de la corta plantilla que tenía Paco Aurioles en el banquillo.

Nada más salir de los vestuarios el equipo de Fijo quiso ponerse por delante en el marcador a las primeras de cambio. No lo consiguió, puesto que Carlos Corts tenía la muñeca caliente y pronto dio otro recital de cómo se tira desde el exterior. El público empezó a apretar y su equipo se contagió de esa tensión que se palpaba en el Alameda, algo que puso nervioso a un Clínicas que ya no veía con tanta facilidad el aro rival. Con Alo Marín y sobretodo con Jesús Vargas, los locales consiguieron, después de pelear mucho colocarse por delante en el partido (44-40). Tenía que aguantar el Clínicas, que llegaba al último cuarto con la gasolina justa pero dentro del partido en todo momento (48-44).

El partido se puso bonito para los últimos diez minutos, pero con CB Morón más entero y con más visión ofensiva. El Clínicas tiraba bien, pero no terminaban de entrarle esos tiros que en el inicio sí le entraban. Alo Marín se puso el traje de ‘capitán’ y penetraba sin parar sacando faltas y anotando bandejas para poner un peligroso 54-46 en el marcador aún con seis minutos por delante. Los malagueños intentaron calmar su juego, intentando no irse del partido ante el desacierto y luchando cada balón hasta el final a pesar de los cinco minutos que se pasó sin anotar. Un desaparecido en ataque Rafa Rufián cogió las riendas de su equipo desde entonces y a base de repartir asistencias y anotar desde el exterior para poner la puntilla final a un equipo que a pesar de un resultado final quizá algo injusto por el derroche físico que hicieron los chicos en todo momento (66-49).