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La prórroga

Víctor Hugo López dice adiós

El jugador de balonmano malagueño comunica su adiós de las pistas a los 36 años, tras una carrera de éxitos lejos de casa

Víctor Hugo López dice adiósL. O.

El balonmano malagueño se ha quedado triste este fin de semana. Mientras el GAES Balonmano Málaga ha logrado el ascenso a Primera Nacional y se prepara la fase de ascenso en el Pérez Canca del GAES Club Balonmano Ciudad de Málaga a la División de Honor Plata, en la otra punta del mundo, el jugador en activo con más caché del balonmano malagueño actual, Víctor Hugo López, ponía el punto final a su carrera deportiva a los 36 años de edad en el Toyoda Gosei Nagoya japonés.

Víctor Hugo es un grande del balonmano que, como tantos otros, tuvo que hacer las maletas para emigrar lejos de Málaga. 25 años lleva la capital sin un equipo en la Liga Asobal y 10 temporadas sin representantes en la División de Honor Plata. Sólo el trabajo que se ha hecho en Antequera ha permitido que la provincia vea balonmano masculino de nivel.

El lateral malagueño, un zurdo de gran nivel, deja «cojo» al balonmano costasoleño. El jugador malagueño de mayor nivel es ahora Nacho Moya. Y pide relevos de garantías entre los jóvenes canteranos de un deporte que siempre ha dado muchos y buenos frutos aquí en Málaga. Quien no volverá a deleitarnos más es Víctor Hugo, tras una genial carrera que arrancó en Maristas y que le llevó a ser internacional en categorías inferiores y a apuntar a los más alto, como relevo de los Antonio Carlos Ortega, Quino Soler o el tristemente fallecido Pepelu Pérez Canca.

El lateral tuvo que marcharse de casa siendo muy joven, a los 19 años de edad, buscando un equipo de nivel que en Málaga, por desgracia, ya no existía. Juanjo Fernández le moldeó a conciencia y pronto la zurda de aquel chico flacucho comenzó a despuntar. El extinto Summa Hoteles pronto se le quedó pequeño, tras ascender a Primera División Nacional. Internacional júnior y tras disputar el Campeonato del Mundo de Brasil, donde quedaron quintos, la Asobal se fijó en él y se marchó a las islas para jugar en Gáldar (2002/03), donde conoció que la vida profesional requería muchos esfuerzos. Almería (2003/05), Valladolid (2005/10) y Logroño (2010/13) marcaron su carrera, especialmente en el club vallisoletano, donde jugó cinco temporadas, y conoció las mieles del éxito, con un título de Copa del Rey y una Recopa de Europa.

Las lesiones han sido malas compañeras de viaje del malagueño, que incluso jugó con la selección absoluta el Campeonato del Mundo de Croacia 2009, y que tuvo que emigrar fuera de España para mantener un estatus y un contrato dignos. Así, Víctor Hugo fichó por el Grosswallstadt alemán de 2013 a 2015, y no dudó en dar el salto a balonmanos más exóticos pero muy bien remunerados como el Al-Quiyada Handball Club (2015/2016) de Catar y esta última aventura en el Toyoda Gosei de Japón, donde ha militado tres temporadas, colgando las zapatillas este fin de semana.

Casado y con tres niñas, el lateral malagueño atiende a La Opinión desde Nagoya, en Japón, con siete horas más: «En ningún momento pensé que el balonmano iba a ser mi profesión y ha sido algo que ido sucediendo poco a poco. Me quedo con las experiencias fuera de España, que han sido muy enriquecedoras aunque por supuesto añoro mucho Málaga y cada día te go más ganas de volver», dice. De tantos años y vivencias, lo peor del deporte son las lesiones. «Siempre vienen mal y también hecho de estar fuera de casa, porque te pierdes muchas cosas de tus seres queridos y momentos especiales en los que casi nunca he podido estar». Pero todo, siempre, tiene su lado bueno y Víctor Hugo se queda con lo positivo. «Lo mejor han sido las personas que he ido conociendo por el camino y la experiencia de vivir en otros países», resume. El balonmano malagueño se queda ahora sin uno de sus grandes.

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