Madrid

Edificio España: el hotel franquista que compró y vendió un murciano millonario disfrazado de torero

Actualmente, este icónico inmueble aloja un hotel de cuatro estrellas y el mayor Zara del mundo

El edificio perteneció durante medio siglo a una única compañía, pero en los últimos 20 años ha pasado por numerosas manos

Exterior del Edificio España.

Exterior del Edificio España. / ALBA VIGARAY

Gabriel Santamarina

La Plaza de España de Madrid, nexo de unión entre las céntricas calles Gran Vía y Princesa, aloja dos grandes rascacielos. El más imponente (que no el más alto) es el Edificio España, gracias a sus 117 metros de altura, pero sobre todo a su ancha fachada. Aunque hoy en día la terraza de su hotel en la azotea es una de las más famosas de la capital, no hace tantos años permaneció cerrado, después de que sus propietarios no encontrasen un uso para él, entre ellos el Banco Santander o el multimillonario chino Wang, el cual llegó a ponerle nombre al estadio del Atlético de Madrid.

Este rascacielos está ligado a la autarquía franquista, en la reconstrucción de la Gran Vía tras la Guerra Civil. Conceptualizado como hotel, fue diseñado por los hermanos Otamendi, que también son los artífices de la Torre Madrid, ubicada justo enfrente y de 25 metros más alta. Esta obsesión de construir rascacielos tuvo su máximo esplendor en la Unión Soviética y pretendía erigir ocho grandes edificios que provocaron la envidia de los países europeos. Ni corto, ni perezoso, el Régimen Franquista encargó construir el Edificio España, que llegó a ser el más alto de Europa. Su construcción comenzó en 1948, aunque no se inauguró hasta 1953. La prensa del Movimiento, incluido el NODO, calificó el inmueble como "un orgullo del nuevo gran Madrid", y en la fiesta inaugural de su terraza llegaron a congregarse "hasta cuatro mil quinientas o cinco mil personas" de varias nacionalidades, según las crónicas.

El Edificio España podría haberse llamado 'Edificio Cucaracha' porque estaba preparado para sobrevivir en todas las circunstancias. Antiguamente, en la parte superior del rascacielos había dos grandes depósitos que garantizaban el suministro de agua. Esto no es lo único, también existía un gran tanque de carburante que, junto a una central y cerca de un centenar de motores, estaba preparado para disponer de energía propia. Además de estar preparado para una guerra, lo estaba también para los supersticiosos porque, al igual que muchos otros hoteles y rascacielos, no tiene ni planta 13ª, ni habitación n.º 13.

Lateral del Edificio España, donde se ubica la hasta ahora tienda de Zara más grande del mundo.

Lateral del Edificio España, donde se ubica la hasta ahora tienda de Zara más grande del mundo. / ALBA VIGARAY

Durante más de medio siglo, el Edificio España funcionó como un hotel, aunque también contaba con 200 viviendas, 400 oficinas, una galería comercial y restaurantes. El edificio fue obra de la Compañía Urbanizadora Metropolitana (CUM), una de las empresas más importantes en el desarrollo de suelo en la capital durante el siglo XX. Esta compañía, de origen madrileño y responsable, entre otras obras, de la avenida de Reina Victoria o del Estadio Metropolitano, se fusionó con Inmobiliaria Metropolitana Vasco Central, artífice del distrito financiero madrileño de Azca, dando lugar a Metrovacesa, una de las inmobiliarias más importantes de antes de la burbuja española.

Fue Metrovacesa la que vendió el inmueble después de más de medio siglo. Acabó en manos de un fondo de inversión gestionado por Banco Santander, pero el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008 causó su cierre a cal y canto. Fue en 2014 cuando el Banco Santander decidió desprenderse del edificio, que fue comprado por Wang Jianlin, entonces uno de los hombres más ricos de China y propietario del imperio Wanda, el cual solo tres años más tarde volvió a venderlo a uno de los inversores más polémicos de España.

Comprar y vender el edificio en el mismo día. ¿Cómo se hace?

En este punto de la historia aparece Trinitario Casanova, un empresario murciano multimillonario y un carácter excéntrico. En 2016, el magnate chino y el español cerraron la compraventa, pero este acuerdo nunca fue registrado. Es en junio de 2017 cuando Wanda y Baraka acuerdan hacer oficial su trato. Wang y Trinitario Casanova, según confesó el segundo, acordaron llevar a la firma un traje típico de sus países. Entonces, en ese momento, el español repescó un traje de torero que su segunda mujer le regaló tras la boda, pero a la rúbrica Wang no se presentó y mandó a su mano derecha en Europa. Solo Trinitario posó con el traje de torero, una chaquetilla en grana y oro elaborada por Justo Algaba, uno de los mejores sastres taurinos del país. Esta foto, pensada para enviar al dueño del imperio chino, acabó trascendiendo, dando lugar a mofas dentro del sector.

Trinitario Casanova con el traje de torero posando tras la compra a Wanda del Edificio España.

Trinitario Casanova con el traje de torero posando tras la compra a Wanda del Edificio España. / EPE

¿Qué importancia tiene posar con una chaquetilla de torero? En teoría ninguna, si no fuese porque una hora y media después de cerrar la compra el Edificio España a Wang, Trinitario Casanova se lo vendió a la familia balear Riu, propietaria de la cadena hotelera que hoy en día opera el hotel de cuatro estrellas. Las malas lenguas dijeron entonces que Trinitario había 'dado un pase' de torero.

Un hotel de 500 habitaciones y el mayor Zara del mundo

Tras más de una década con la persiana bajada, el Edificio España recuperó en 2019 todo su esplendor, al igual que la plaza en la que se ubica, también recientemente reformada por el Ayuntamiento de Madrid. El hotel, que abarca la mayor parte de la superficie, está compuesto por 583 habitaciones. El resto es una zona comercial, que entre otros locales, alojaba hasta hace pocas semanas la mayor tienda de Zara del mundo, que no ha dejado de serlo porque haya cerrado, sino porque la firma de moda de Amancio Ortega planea inaugurar una tienda en Róterdam que la supere en tamaño.

Una de las grandes anécdotas del edificio es que ostenta un Récord Guiness. Durante la reforma para convertirlo en un hotel, los propietarios colgaron una gran lona anunciando un vehículo de la marca Ford, la cual recibió esta distinción por su tamaño, más de 5.200 metros cuadrados, y su peso, más de dos toneladas. Durante una tormenta que azotó a la capital, esta llegó a desprenderse parcialmente y necesitó que los bomberos se desplazasen y la cortasen para evitar males mayores.

La última reforma cuidó todo tipo de detalles, hasta los botones de los ascensores, que son los originales, a pesar de que los elevadores no. Antes de la última remodelación, el entonces propietario planteó una demolición parcial del edificio, pero 70.000 ciudadanos de Madrid recogieron firmas para evitar que esto se llevase a cabo. Esto ha permitido conservar, entre otras cosas, la escalinata principal en mármol de la entrada por la que discurrió el dictador Francisco Franco el día de la inauguración del Edificio España. Ahora sí, restaurada.