Orígenes

Las raíces ferroviarias de Amancio Ortega

El Museo del Ferrocarril de Monforte incorpora a su colección la mesa de trabajo del padre del empresario coruñés, rescatada de la nave que será derribada para construir la intermodal

La oficina del padre de Amancio Ortega, recreada con sus muebles en el museo.

La oficina del padre de Amancio Ortega, recreada con sus muebles en el museo. / Cedida

Marta Otero Mayán

Para hallar los orígenes de Amancio Ortega tan solo hay que seguir los raíles de la vía del tren. El empresario del textil, oriundo de un pueblo de León, debe su vinculación con la ciudad, donde echó raíces, a la profesión de su padre, ferroviario. Hoy la mesa en la que trabajó Amancio Ortega Rodríguez —así se llamaba el padre del fundador de Inditex— integra la colección del Museo del Ferrocarril de Galicia, en Monforte.

Son varias piezas del mobiliario, incluida una gran mesa de madera, que integraron en su día la oficina del taller de enclavamientos de la estación de tren de A Coruña, de donde han sido “rescatadas” las piezas antes de la demolición de la nave como paso previo a la construcción de la nueva intermodal. “No fue eso, en principio, lo que nos hizo desplazarnos con nuestro camión a la estación de tren de A Coruña”, reconoce el gerente del museo, Luis Blanco.

En realidad, como él mismo explica, se trata de una casualidad que derivó en un fantástico descubrimiento. Todo empezó con una llamada de un responsable de Adif en A Coruña. La nave que albergaba el taller de enclavamientos de la estación, donde operaba el sistema de señales, agujas y desvíos de la instalación, estaba a punto de ser derribada para dar paso a la nueva intermodal. Esa nave contenía una serie de piezas históricas que quizás merecía la pena salvar de la quema.

“Ocurre a veces. Cuando alguna instalación ferroviaria, sobre todo en Galicia, queda fuera de uso, siempre nos lo comunican para que pasemos por allí antes de deshacerse del material, por si algo es susceptible de quedarse en el museo”, explica el responsable de la instalación.

Al llegar, uno de los trabajadores les comentó que la oficina de quien fuera jefe del taller de enclavamientos permanecía congelada en el tiempo en un altillo. “¿Y quién era el jefe del taller? Pues nada menos que Amancio Ortega Rodríguez”, cuenta Luis Blanco.

Las piezas, antes de ser expuestas en la colección, pasaron por un proceso de restauración, que incluyó barnizado, pulido, arreglos y reparaciones, como parte de la puesta a punto de la que ya ejerce como pieza singular de la exposición, dado el gran capital simbólico de representar, de forma tangible, las raíces ferroviarias del gran titán empresarial de Galicia. “Nos pareció que era algo atractivo para las visitas turísticas. Están ya montadas para quien quiera curiosear”, dice el gerente.

No es la primera vez que los responsables de Muferga encuentran tesoros escondidos en las instalaciones ferroviarias que están a punto de desmantelarse o derribarse. De hecho, es una práctica habitual que sirve para renovar los fondos de sus almacenes, integrados por elementos de maquinaria difíciles de hallar hoy en día. “Siempre hay alguna máquina o herramienta que nos sirve para el taller o para el almacén. Nuestro almacén se nutre de elementos que forman parte de una máquina o de un coche ferroviario. Las piezas de este tipo ya no se utilizan en las composiciones de un tren moderno”, cuenta el responsable del conjunto museístico.

El ferroviario Amancio Ortega Rodríguez, oriundo de Valladolid, empezó a trabajar en Renfe en 1944, siendo destinado a Busdongo de Arbas, en el municipio leonés de Villamanín. Amancio Ortega Gaona, su hijo, nació en la plaza del Rincón de Busdongo en 1936, pero se trasladó con tres meses a Tolosa (Guipúzcoa) siguiendo, precisamente, los requerimientos laborales de su padre.

Allí, su progenitor fue designado jefe de estación de Renfe, y también allí residió el fundador de Zara los primeros años de su infancia. Finalmente, el padre de Amancio Ortega se estableció en A Coruña con su familia para trabajar en el taller de enclavamientos, donde ascendió a jefe de brigada en 1962, según consta en el libro del escalafón de Renfe que se conserva en el archivo histórico del Muferga. Se jubiló en el año 1971 y falleció en 1984.