La receta de Pumares para el Festival de Málaga

José Díaz y Ramón Bernardó le piden al crítico Carlos Pumares su impresión sobre el Festival de Málaga. Ésta es la respuesta: «Lo que no puede ser es haber visto tres películas del año 2019 estando en agosto de 2020. Lo que tiene que hacer este festival es dejarse de lo del cine español y hacerlo como cualquier festival del mundo y hacerlo de cine variado. Esto está terminado. Tienen que hacer un festival de películas normales de medio mundo, de cualquier chino, de cualquier americano... hacer un festival de verdad; no puede ser de cine español, porque ya no puede ser de cine español que cada vez habrá menos películas porque se hacen menos».

Para un roto y un descosido

El Festival depara a veces postales inesperadas o, cuando menos, exóticas. Sucedió en las entrevistas de promoción de la película Crónica de una tormenta en la terraza del AC Málaga Palacio. Allí llamó la atención la imagen de Ernesto Alterio aceptando amablemente el compromiso improvisado de posar con una lata de encurtidos de una comarca malagueña que le acababan de regalar los interesados. Alterio aceptó sobre la marcha y lo hizo con sus mejores galas. Se quito hasta la mascarilla para la fotel flash.

Presentaciones domésticas

Sophie Alexander-Katz, que está para premio en Blanco de Verano, participó en la presentación telemática de la película como si hubiera salido de la ducha escasos cinco minutos antes.

Es Piti

Que este año es diferente, que la vida es mucho más aburrida y que está como detenida lo demuestra una simple imagen al pasar por los aledaños de la zona de prensa del Festival de Málaga: Piti Alonso, volcán hiperactivo, eterno director de orquesta de las alfombras rojas de nuestro país... Sentado en una silla, así, sin hacer nada, tranquilamente, sin ordenar el tráfico...

Porque él lo vale

Si el otro día llamó la atención Rubén Ochandiano con su bata de estar por casa, ahora lo ha hecho Iván Sánchez, con un nosequé que nos lleva a imaginarlo como cocinero en un sushi bar de Tokio.

Mascarillas elocuentes

A Gonzalo Miró no le gustan mucho estos tiempos. «Puta normalidad», rezaba la mascarilla que lució en el acto de homenaje a su madre.