Miembro de una saga de cantaores gitanos, José Mercé acumula unos meritorios 56 años dándole continuidad al cante jondo, reinventando un arte al que ha dedicado 17 discos y convirtiéndose en el mayor fenómeno que ha dado el flamenco, en su vertiente más popular, en los últimos tiempos.

¿Usted también pondría la mano en el fuego por Teddy Bautista, como han hecho colegas suyos como Sabina o Víctor Manuel?

Sí. Creo y quiero creer que Teddy Bautista no tiene nada que ver con ese supuesto desvío de fondos en la SGAE. Le ha pasado lo mismo que le puede pasar a un presidente del Gobierno. Que esté rodeado de gente que va haciendo cosas incorrectas por ahí no significa que él haga lo mismo o tenga conocimiento de esos actos. Mi sentimiento, ante todo este escándalo, es de incredulidad.

La SGAE es una de las ocho entidades de gestión de derechos de autor que existen en España, pero nadie discute que es la que peor imagen tiene. ¿Ha llegado su fin?

En mi opinión tiene razón de existir, y por muchos años. Entiendo que en la SGAE entra mucho dinero al año, pero gracias a ella, a su apoyo, siempre que se haga desde la verdad y con la ley, nunca nos faltará de comer. Yo llevo desde los trece años siendo autor. Otra cosa es que se tengan que cambiar los modelos de gestión. Espero que todo esto se esclarezca y podamos analizar lo sucedido.

Le cojo camino del Santiago Bernabéu. ¿Todavía no ha escarmentado?

Voy para participar en una cena de gala, Haití es real, destinada a recaudar fondos para los más necesitados de aquel país. En lo que se refiere a lo futbolístico, el Barça ya ha pasado su curso y este año las cosas volverán a su sitio, con un Madrid ganador.

¿Qué se encontrará la gente que vaya a ver uno de sus espectáculos?

Un espectáculo con guitarra y dos palmeros, de flamenco tradicional, muy agradable, en el que también tendrá cabida lo que el público me pida.

¿Cada guitarrista le hace cantar distinto?

Sí. Con quien mejor canto es con Moraíto Chico. Con él me entiendo perfectamente, pero cuando no puede venir me traigo a Diego del Morao, su hijo, un músico extraordinario, de una amplitud y un toque maravilloso.

¿Qué papel juega el estado de ánimo el día de un concierto?

Nunca se canta igual, eso es imposible. El arte flamenco es fresco, vivo. Una letra, a los diez minutos con el mismo soniquete, siempre sonará distinta.

¿La declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ha vuelto a poner el flamenco de moda?

La música de raíz nunca está de moda, estará más baja o más alta, pero nunca está de moda porque es eterna.

¿Por qué Ruido para su último disco?

Porque hace falta ruido en esta sociedad, tal y como están las cosas. En cualquier caso, el del disco es un ruido agradable. Musicalmente es una joya, una música muy abierta y muy actual.

¿Cómo se ha logrado que los jóvenes de hoy en día, a diferencia de los de hace 10 ó 15 años, acudan en masa al flamenco?

En eso yo he puesto mi granito de arena. Se ha conseguido apostando por un flamenco abierto, cotidiano, inteligible para los jóvenes, próximo.

¿Qué perdimos con la desaparición de Enrique Morente?

Un pedazo de cantaor y un compañero maravilloso, de los de verdad, un luchador, un gran innovador. Era el cantaor del siglo XXI.