La sensatez suele ir acompañada de la modestia, y esa pareja tan virtuosa casi siempre corre el peligro de deslizarse hacia el abismo del aburrimiento. Pensé esa tontería al saber que en estos días se celebra la decimotercera edición de Getafe Negro, festival literario que coordina el novelista Lorenzo Silva, que lo mismo te responde la sección de cartas de una revista que te gestiona un evento -lo de vender libros parece que ya solo es cosa de Pérez Reverte y tres más-. Pocos lugares hay en España con menos glamour que Getafe, salvo quizá Parla o Valdemoro -por citar dos localidades cercanas y casi tan poco atractivas como la mencionada Getafe-, pero en este año del COVID-19 ha habido suerte y no habrá que plantarse allí para disfrutar de las charlas y los encuentros con escritores que organiza el festival porque todo el contenido va a ser online. Lo dicho, sensatez y modestia, virtudes que uno asocia a Silva, aunque no a Getafe. Por cierto, que en esta edición algo gafada cuentan con Don Winslow, Joël Dicker, Javier Cercas, Manuel Vilas, Ana Merino, Javier Menéndez y Enrique Llamas, entre otros autores. No está nada mal lo que ha montado Silva, así que ojalá les vaya bien. Como casi nada es casual, en estos días llegaba a las librerías lo nuevo de Don Winslow, un volumen de relatos durísimos, alguno también divertido, que ha reunido bajo el título de 'Rotos' (Harper Collins, 2020). Promocionar libros es uno de los pagos obligados por tener una carrera literaria. Muchos matrimonios se han roto como consecuencia de las agotadoras giras de presentación de libros de los que se esperaban muchas ventas -esas esperanzas suelen acabar tan mal como esos matrimonios rotos-. Escritores del mundo, busquen en 2020 otras excusas para sus divorcios.