Alianza Editorial

Yasmima Khadra: La virtud de un superviviente

El autor de ‘Los virtuosos’, la novela que Alianza Editorial publicó en español, conduce al lector en un largo viaje desde el frente de la Primera Guerra Mundial hasta el desierto del Sáhara

Yasmima Khadra

Yasmima Khadra

Santiago Ortiz Lerín

Hay viajes épicos por el desierto que perduran en la memoria colectiva, desde el Wadi Rum en la toma de Áqaba de Thomas Edward Lawrence, el oficial británico que durante la Primera Guerra Mundial se implicó en la Rebelión Árabe, o la búsqueda de Marco Flaminio Rufo de la Ciudad de los Inmortales en el cuento de Borges. Ahora, Alianza Editorial nos presenta una epopeya de enormes trazas, la de Yacín Cheraga, el héroe de Yasmina Khadra en su última novela ‘Los virtuosos’, pastor e hijo de un mendigo, que como decía Rudyard Kipling en ‘El hombre que pudo reinar’, tan respetable como un príncipe siempre que sea digno.

El autor, Mohammed Moulessehoul, quien desafió la censura de su país utilizando como seudónimo el nombre de su mujer, Yasmina, y la palabra Khadra, que significa verde y que tiene amplias connotaciones culturales en el pueblo árabe, vuelve a desplegar la épica de un hombre, aparentemente insignificante, ante las injusticias del mundo: «sean cuales sean los peligros y las pesadumbres, cualquier elección será siempre mejor que una capitulación». Khadra ha sido traducido en cuarenta y cinco lenguas, y en 2019 se adaptó al cine su novela ‘Las golondrinas de Kabul’.

En algún lugar perdido de Argelia, en 1914, cuando este país aún era colonia de la República francesa, Gaíd Brahim, un ominoso caíd, es decir, gobernador y dueño de un vasto territorio, eligió al joven Yacín para alistarse en un regimiento de fusileros del ejército francés e ir en nombre de su hijo a la guerra que se había desatado en Europa, y cuyo origen, haciendo un inciso, relató la premio Pulitzer Barbara W. Tuchman en ‘Los cañones de agosto’, una de las lecturas de John Fitzgerald Kennedy durante la crisis de los misiles de Cuba.

Gaíd Brahim, el antagonista de esta historia, prometió riquezas y una buena vida para la familia de nuestro protagonista, pero de esta propuesta tan cobarde y despreciativa por la vida de alguien de un rango social inferior, no se podía esperar que el caíd cumpliese su palabra dada cuando Yacín regresase de Europa, al finalizar la Guerra del 14. De la lectura de esta novela se desprende un toque de antibelicismo, es decir, soldados que no comprendían verdaderamente la causa de esta guerra, y los efectos que tras finalizar supuso para ellos, nativos de una colonia que no tenían los mismos derechos en su país que los ciudadanos franceses. Esto, por otro lado, conlleva además un segundo toque en la narración, el anticolonialismo, que ahora también está de actualidad por el Premio Nobel de Literatura de 2021 Abdulrazak Gurnah.

Intentando salvar a su familia, y por la traición del caíd, Yacín les habrá perdido, y su misión será encontrarles como quien busca una aguja en un pajar, desde las calles de Orán al sol ardiente del Sáhara, donde «las crestas de arena viva en forma de arco (…) que dominaba el ksar milenario». Allí, Yacín acabará implicándose en la milicia de Er Rouge por la independencia de Argelia, un giro narrativo donde encontrará como líder a su antiguo compañero de armas, Zorg, y donde escuchará la arenga del poeta del Sáhara, Karzaz: «lo que la privación ha hecho con vosotros no es lo que sois, sino lo que los traidores quieren que seáis». Un poeta como Antonino en la versión de ‘Espartaco’ de Stanley Kubrick.

Yacín era un hombre sin dinero, pero con una fuerza de espíritu tan grande como el vacío del desierto del Sáhara. Y como decía Séneca: «la adversidad es ocasión de virtud». El protagonista vivirá también la experiencia horrible de los penales franceses en sus dependencias coloniales, como en el siglo XX nos mostró brillantemente Henri Charrière en su memorable novela autobiográfica ‘Papillon’, que como dice Khadra en su novela «la justicia tiene la memoria de un rencoroso».

'Los virtuosos', de Yasmima Khadra. Alianza Editorial. 22,75 euros.

'Los virtuosos', de Yasmima Khadra. Alianza Editorial. 22,75 euros. / .

El autor construye esta narración monumental con unos elementos simples, es decir, un narrador protagonista, un estilo directo y unos diálogos vivos con algunas frases lapidarias: «quien ve el mal en todas partes, ignora que el mal está en él» o «las malas compañías no perdonan, ni en Orán ni en ninguna parte». Las imágenes de oasis y mercados evocan al mítico Guelta de Archei en El Chad, donde a la sombra de enormes paredes de roca beben en la orilla centenares de dromedarios, aunque el oasis en las aventuras con Er Rouge es, en realidad, junto a la frontera con Marruecos. Para esta novela Khadra ha utilizado elementos de su biografía personal, como la ciudad Kenadsa, en el Sáhara argelino, donde nació el autor, y la cultura nómada de su madre, que es también la de Mariem, personaje de esta historia, o la experiencia del padre de Khadra como oficial del Ejército de Liberación Nacional para la independencia de Argelia. Son elementos vitales, como materia prima, con los que el autor logra tejer esta historia de ficción.

Y como en su novela ‘La sal de todos los olvidos’, Khadra vuelve a construir una odisea en Argelia, llevando consigo al lector para conocer la historia y la situación social de su país en la primera mitad del siglo XX, con una mezcla de crítica, pero también de admiración. El autor, por otro lado, se siente cómodo en los diálogos de los personajes, lo que contribuye a construirlos y a sustentar la historia como paredes de carga. El ritmo en la narración, la construcción de escenas, y la tipología de personalidades que nos muestra en la novela, favorece el interés por parte del lector.

Podríamos decir que la literatura era esto, cerrar un libro tras horas de lectura y sentir arena del desierto en la cara, y que el espíritu humano se ha rebelado contra todas las miserias.