Quedan algo menos de dos semanas para la cita con las urnas en el PSOE malagueño. Consumido el congreso federal, ahora es turno el próximo fin de semana para el regional. Después, sin solución de continuidad, se va a desarrollar en Málaga capital el duelo final entre Fernando Arcas y Miguel Ángel Heredia. Será la única cita en el calendario en el que los contenidos serán puro aspecto formal. En los otros dos casos referidos, el hecho de haber sido verdaderos paseos militares con la concurrencia de una candidatura única, los debates ideológicos han pesado mucho. Que si abortos, banderas, lenguas, izquierda, izquierdización de la izquierda...

Lo que no se haya hecho hasta ahora en el caso de Málaga ya va a ser difícil de recuperar porque, en la práctica, sólo va a quedar una semana de campaña, la justamente anterior al cónclave del hotel Barceló. Cómo se ha desinflado la contienda. Todo se supo con mucha antelación. Durante estos últimos días, salvo la polémica por los supuestos plagios de las ponencias, la batalla ha sido inexistente en lo mediático (aspecto que suele beneficiar casi siempre a los favoritos), aunque los candidatos han seguido trabajando internamente muy mucho por cazar avales sueltos. Es tan largo el proceso que muchos delegados ya han sufrido en sus carnes segundas y terceras vueltas con los candidatos, que mucho se tienen que meter en su papel para transmitir una pizca de entusiasmo a estas alturas.

Y, después de la contienda, lo que tendría que ser un verano tranquilo, se convertirá en una reapertura de las quinielas. Ya se sabe, gane quien gane lo orgánico acabará por tener su proyección institucional. Lo que no se haga al principio del mandato, ya será difícil de hacerse después. Así que los meses de agosto y septiembre pueden generar un tremendo baile de nombres. Ya conocen que, sin ir más lejos, los delegados provinciales de la Junta pasan reválidas cada martes en el Consejo de Gobierno. Falta por determinar quién va a ser delegado de Vivienda y Ordenación del Territorio. Falta nombrar un delegado en Justicia. Queda también nombrar un jefe de Demarcación de Costas... Va a estar animada la cosa. Y a veces las venganzas se sirven en platos fríos, pese a la canícula reinante.

Tranquilidad. Por lo demás, poco movimiento. Hoy llega Mariano Rajoy a Torremolinos tras el tormentoso congreso del PP catalán. Se dirigirá junto con Javier Arenas a la militancia esta tarde en lo que parece una visita de pura cortesía puesto que todavía quedan meses para el cónclave provincial. Lo que desde luego no es pura cortesía es debatir la aprobación de algo tan grueso, árido e inmasticable como el PGOU de Málaga en pleno agosto. Todos miramos al plan general como si fuera a suponer un antes y un después en nuestras vidas. Y no. Todo seguirá igual. Y, de cambiar, no será por el documento. ¿Acudirán ese día los ediles con corbata?