La reforma de la Ley de Protección de los Animales catalana significó un paso tan importante como la supresión de las corridas de toros en Cataluña para la próxima temporada, pero los juristas y expertos en la materia creen que la desaparición de la fiesta atenta contra las libertades individuales. La sede de Unicaja acogió ayer una apasionante mesa redonda sobre el tema en la que participaron importantes entendidos en la materia, dentro del marco de las IX Jornadas Jurídicas por el Diálogo.

La vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) Soledad Gallego entiende que «no se puede restringir la libertad de las personas que quieren ir a los toros restringiendo las corridas», al tiempo que afirma: «No es un debate necesario», sobre todo porque en Canarias, donde ya se prohibió el espectáculo, es legal que dos gallos peleen hasta la muerte.

Luis Gibert, presidente de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, aclara lo siguiente: «Estamos luchando contra una injusticia del Parlamento de Cataluña; el esclavo sabe lo que es la privación de libertad y nosotros hemos sabido en nuestras carnes lo que es no ser libre».

Recordó que están recogiendo firmas para impulsar una iniciativa legislativa popular en el Congreso, para la que necesitan más de 500.000 apoyos. Gibert espera que PP y PSOE lleguen a un acuerdo sobre la cuestión. Presentarán la iniciativa antes de diciembre, y asegura: «Esperamos un millón y medio de firmas».

El torero Eduardo Dávila Mihura, también presente en la mesa redonda, afirmó que «para el mundo del toro éste no es un tema agradable», al tiempo que aseguró que la polémica entra de lleno en el terreno de la política, «con poca base». «Queremos defender la fiesta diciendo que éste es un arte tradicional, que el animal no sufre, pero eso es difícil de demostrar: tienen que dejar a la gente la libertad de querer ir o no a los toros». «Creo que la muerte más digna para un animal es en la plaza, más que con un puntillazo en el matadero», concluye.