En España gobernaba un jovencísimo Felipe González. El cadáver de Naranjito aún estaba fresco. Mientras los rusos y los americanos ponían su marca en el espacio, Juan Pablo II, beatificado el pasado domingo, decidía incorporar una cruz de madera a la basílica de San Pedro. El símbolo, austero, de casi cuatro metros de altura, fue donado por el pontífice a la juventud. Desde entonces ha recorrido más mundo que la antorcha olímpica. Nueva York, Praga, Berlín. Y ahora Málaga, transportada por el eco del encuentro mundial de jóvenes católicos, que se celebrará este verano en Madrid.

La cruz llegó ayer a La Malagueta, donde la esperaban cientos de fieles. Lo hizo al modo local, en una jábega, después de desembarcar en el puerto, adonde arribó procedente de Tarragona. La tradición inaugurada por el desaparecido pontífice otorga a la cruz una naturaleza profundamente viajera, ligada a los encuentros juveniles, que, en esta ocasión, tienen a España como centro. El símbolo recorrerá las diócesis de todo el país.

Es la primera vez que la Cruz del Papa visita Málaga. Junto a ella viaja un icono mariano entregado por Juan Pablo II a un grupo de jóvenes canadienses en 2002. Durante su estancia en la provincia, donde permanecerá hasta el 8 de mayo, ambas piezas estarán en movimiento. Sin ir más lejos, ayer fueron portadas hacia Estepona y Marbella, iniciando un peregrinaje que incluye etapas en Vélez Málaga, Antequera y Ronda.

El viernes 6 de mayo, la cruz atravesará el Mar de Alborán para recibir la adoración de los correligionarios de Melilla. Un día después regresará a Málaga, donde está programado un amplio calendario de visitas. La última jornada de los iconos católicos en la provincia comporta desplazamientos matutinos a la residencia de ancianos Buen Samaritano y el centro de acogida para enfermos de sida Colichet.

Posteriormente, hará estación en Cártama y regresará a la capital para presidir una vigilia de oración por las vocaciones que tendrá lugar entre las 21 y las 24 horas en la capilla del seminario.

5.000 personas

Por último, el domingo 8 de mayo se celebrará el XXIV Encuentro Diocesano de la Juventud, que espera una afluencia católica de 5.000 personas. El encuentro, con la presencia de los dos iconos papales, dará comienzo en la plaza del Santuario de la Victoria. Después habrá una procesión hacia la Catedral con paradas en la parroquia de San Lázaro, la capilla del Rescate, la casa hermandad del Rico y las de Estudiantes y el Sepulcro. El acto capital, no obstante, se iniciará a las 13 horas con una misa en la Catedral que contará con la presencia del obispo, Jesús Catalá.

La cruz, que ha visitado la zona cero de Nueva York, entre otros puntos, será despedida en el puerto a las 14.30. Su próximo destino será Motril, donde iniciará la ruta por la diócesis de Granada. Se trata, junto al icono mariano, del preludio más simbólico de la Jornada Mundial de la Juventud, que comenzará el 16 de agosto en Madrid. Ese día la cruz de madera, cuyas dimensiones alcanzan los 3,8 metros, volverá a estar al lado de un pontífice, Benedicto XVI, aunque esta vez portada por jóvenes españoles. Su llegada a Málaga fue celebrada con una oración consagrada a la resurrección. Son ya 27 años de peregrinaje por medio mundo. Y con la coincidencia extraordinaria de la beatificación del pontífice que inauguró la ruta al cedérsela a un grupo de fieles de Alemania.