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Activista y autora del blog «A tunisian girl»

«Vi a un policía matar a un manifestante y me dio fuerzas»

Le agredieron, y le confiscaron el ordenador y las cámaras. Pese a todo retransmitió la revolución de su país

Tiene 27 años, pero su juventud no ha mermado sus ganas de luchar por la democracia. Al contrario, le ha dado fuerzas para contar las injusticias de un país gobernado por un tirano que ha robado, y matado, a quienes se han quejado. En su frente particular –las manifestaciones– ha visto morir a gente que sólo enarbolaba la palabra «libertad». Eso le dio fuerzas, y está en Málaga para contarlo.

¿Qué se siente como referente de la revolución del jazmín de su país?

Muy sorprendida y en parte me siento responsable, de hecho ahora la responsabilidad es mayor para continuar con la lucha y con mi labor.

¿Sigue dando clases en la Universidad después de la revolución?

Sí, después de estas jornadas en Málaga volveré a dar mis clases en Túnez, como hasta hace unos días. Pero también trabajaré por el cambio, porque estamos viendo muchos partidos nuevos que no sabemos cuál es su intención. Nuestro país está tocado económicamente, porque vivíamos del turismo. Ahora es el turno de la política, tenemos miedo porque los extremistas islámicos están tratando de volver al poder, vamos a intentar evitarlo.

¿Cómo surge la idea del blog?

En 2007, por casualidad. Siempre he escrito, pero en papel, desde entonces lo hice en el blog. En los días más intensos lo visitaron unas 6.000 personas diarias. Me lo han cerrado muchas veces, pero ahora funciona.

¿Cómo ha vivido la revolución de su país?

Me di cuenta cuando un joven informático en paro se prendió fuego –Mohamed Bouazizi, se quemó a lo bonzo delante del ayuntamiento cuando la policía le impidió colocar su puesto de legumbres para vender en la calle–. Empecé a participar poco a poco, un amigo abogado me dio información legal y en Sidi Bouzi hice fotos de la gente asesinada. Lo que hice en realidad era lo que los medios de comunicación tenían que hacer y no hacían. Hablaba desde Skype con las televisiones, radios y periódicos internacionales para informarles de la situación.

¿Alguna vez pensó que esto podía ocurrir?

En 2008 empezó un movimiento social pero que no terminó en nada. Fue en el Sur del país y el Gobierno lo reprimió, allí apenas había Facebook. En 2010, a raíz del desempleo, mucha gente se prendió fuego, siempre supe que algo tenía que pasar. Ese año el Gobierno lo denominó como el de la Juventud, y había carteles en la calle que nos provocaban. El día que acabaron las elecciones de 2009 empezó la campaña electoral para 2014.

¿Qué sentimientos tiene hacia su expresidente Ben Ali y su familia?

Pues como la mayoría, le odio, aunque siempre va a estar ahí. No solo han robado, sino que han matado gente. No es un presidente, es un criminal.

¿Qué retos tiene ahora su país?

Nuestro objetivo principal es preparar las elecciones del 23 de octubre para reescribir la Constitución porque la gente afín a Ben Ali está formando partidos. No solo hay que cuidar los partidos, también hay que cambiar los medios de comunicación y las fuerzas policiales.

¿Alguna vez sintió miedo?

Soy humana, y me preocupaba la situación en los días de la revolución. La policía me seguía, fueron a casa de mis padres y me confiscaron el ordenador y mis cámaras de fotos. Me pegaron en las manifestaciones, pero se me olvidó el miedo la primera vez que vi a un policía matar a un manifestante. Me dio fuerzas para seguir con mi tarea.

¿Qué opina del movimiento 15-M?

Siempre he intentado seguirlo por Twitter y Facebook para interesarme y saber qué pasaba. Ha habido activistas tunecinos que viajaron a Sol para participar.

Ustedes inspiraron el movimiento en España y muchos países del mundo árabe que van a conseguir más derechos. ¿Qué sienten?

Nos sentimos orgullosos, pero a la vez responsables. Pero no se puede decir que haya sido un éxito porque aún quedan por hacer elecciones en muchos sitios.

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