Abonar hasta cuatro euros por hectárea, que es lo que cobran los vigilantes contratados para evitar los robos en el campo, o pasar parte de la noche de una víspera de Nochevieja entre aguacates. Así es como muchos agricultores malagueños afrontan la última de sus peores plagas. Porque la crisis ha multiplicado las sustracciones de productos agrícolas de una forma nunca antes vista.

«Les da lo mismo que el árbol ya tenga una parte de la fruta recogida. Si se pueden llevar para la venta lo que equivale a mil euros, perfecto. Pero es que si tienes un puñado de género y se van a ir con 50 euros, pues lo mismo. Aquí no miran nada. Seguramente están pasando hambre, pero nosotros tampoco llegamos a fin de mes y encima nos están subiendo el gasoil todos los días». Miguel Pérez, productor de subtropicales en el litoral axárquico desde hace más de una década, ha pasado la mitad de las noches de esta Navidad pendiente de su finca, a más de dos kilómetros de su casa.

Quien no quiere ver las caras de sus vástagos tristes, porque «se supone» que las noches navideñas son para pasarlas en familia y no con «un bocadillo en el coche y la radio puesta», tiene que recurrir a la seguridad privada. Así es como han reaccionado muchos agricultores de la zona norte de la provincia ante los «robos continuados e indiscriminados a sus explotaciones». Es una medida que representa además un esfuerzo económico extra para un sector que sigue enfrentándose a otros problemas como los precios o la competencia de los grandes mercados.

Pagan a sus guardianes entre 1 y 4 euros por hectárea abonados de cooperativas olivareras como la Sociedad Cooperativa Andaluza Olivarera La Purísima, de Archidona, donde contratan su propia seguridad. «Nosotros trabajamos con guardia privada, que costean los propios socios, pagando hasta 3 o 4 euros por hectárea, generalmente de enero a abril, que es cuando más suben las alertas por robos», apunta el gerente de esta agrupación, Manuel Caro. Las patrullas están integradas por unas tres personas: dos de ellas hacen el turno de noche y una más, el de mañana, «generalmente» por carreteras secundarias y los caminos principales.

Acuerdos con los cazadores. El presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores de Málaga, Carlos Blázquez, apunta no obstante que no todos pueden asumir ese gasto y así, en otras zonas, apuestan por acuerdos de colaboración con las asociaciones de caza, «para que los guardias de los cotos también velen por la seguridad de los terrenos agrícolas colindantes». Es el caso de la Sociedad Cooperativa OleoAlgaidas de Villanueva de Algaidas.

En la Axarquía los campesinos peinan de noche las fincas y, en algunos casos, se turnan con vecinos también afectados. Los responsables comarcales de Asaja alertan de que muchos de estos agricultores temen por su integridad física, porque en caso de encuentro con los ladrones no pueden utilizar arma alguna. También COAG Axarquía muestra su «interés», en nombre de sus asociados, para que ayuntamientos como el de Vélez Málaga «pongan en marcha las patrullas policiales específicas que a finales de este pasado año anunciaron para vigilar el campo».