Con más de una veintena de años dedicada a la Medicina, Juan José Sánchez Luque, presidente del Colegio Oficial de Médicos (COM) de Málaga, asegura que el diálogo es la base para mejorar la sanidad, que debe ser redimensionada en su estructura, y dejar ser dirigida por políticos. Para demostrar su firme creencia en la colaboración, Luque ha elaborado junto a los colegiados un manifiesto de 21 medidas que han entregado a la delegación de Salud de la Junta de Andalucía donde se sintetizan propuestas para mejorar la sanidad andaluza.

En la sanidad se multiplican las protestas del personal por el malestar ante los recortes, ¿cómo afectarán a la calidad asistencial?.

Afectar, afectará seguro. La profesión de médico requiere un tiempo para su ejercicio y un tiempo para reflexionar delante de los pacientes. No cabe duda de que esta política de recortes actual repercutirá en que los profesionales tengamos que ver un mayor número de pacientes, y probablemente, en menor tiempo. Sólo con este motivo ya está claro que los recortes afectarán a la atención del paciente.

Además, con la huelga de excelencia, aquella en la que se cumplen los protocolos de actuación al completo, se advertía desde el sector médico que se podría producir un colapso en el sistema sanitario.

Los médicos no vamos a provocar ningún colapso del sistema sanitario. No es factible ni se va a producir. Otra cuestión, es que ha llegado un momento en que la administración sanitaria debe priorizar y no se nos puede exigir a los médicos más por menos tiempo, y además con una jornada laboral ampliada, con una merma en los salarios. El colapso no es que se vaya a producir, no de forma malintencionada, pero existirá un aumento en la demora sobre todo, en citas con especialistas o intervenciones quirúrgicas. Quién piense que no va a repercutir, está en otro mundo.

Con todo el panorama, los pacientes tendrán asegurada la atención o se producirán más horas de espera, anulación de citas...

Las listas de espera van a aumentar, eso es una consecuencia. Pero los médicos, cuando atendemos a un paciente sabemos que demanda una atención y, por lo tanto, ningún paciente va quedará desatendido, pero si es cierto que también los pacientes se deben de concienciar. Ir al medico, realizarse pruebas complementarias, tomar unos tratamientos o realizar a los pacientes unos tratamientos tiene un coste, y yo no veo aún que haya una concienciación por parte de la ciudadanía. Cuando se va al médico no se lleva en la cabeza esa idea, por eso, falta por parte de la administración una auténtica campaña de concienciación. Al igual que se nos pide un esfuerzo a los profesionales sanitarios, también hay que pedir un esfuerzo de concienciación y de uso racional de los servicios a los usuarios del sistema sanitario público de Andalucía.

¿Cómo están viviendo los médicos esta situación?

Con desaliento. No sólo los profesionales que no tienen contrato interino, sino también los propios interinos a los que se les reducirá en torno al 10 por ciento el sueldo. También afecta a lo profesionales con cierta estabilidad. Hemos retrocedido varios escalones que tardaremos años en recuperar; creo que la profesión médica no merecía ésto. Se ha acudido a medidas a golpe de ratón y no se aborda el problema importante, se parchea; el sistema demanda cambios estructurales y no se están planteando. Con lo cual estas medidas no dejan de tener carácter provisional.

En el trasfondo, también subyace el debate del copago.

Copago ya hay. En el momento en que contribuimos con una cuota en la Seguridad Social, en el que una persona activa compra un medicamento, por eso, si queremos ya existía. Ahora, el sistema que parece que se podría implantar, suena a provisionalidad. Da sensación de inseguridad en las medidas, y de no saber qué se está haciendo.

¿Cómo ve el futuro del sistema sanitario español?

Desde hace muchos años, en los cajones ministeriales ha estado planteado el copago, pero ningún ministro, independientemente del signo político, se ha atrevido a abrirlo y plantearlo como una necesidad. Esta falta de previsión nos lleva ahora a una situación sobre todo de temor, porque la asistencia sanitaria universal es un principio básico de la sociedad del bienestar a la que no debemos renunciar, y sobre todo en salud. Cuando hay un problema de salud se va a atender a la persona, eso que no quepa duda; pero también hay que racionalizar la demanda, y sobre todo, la cartera de servicios.

¿Y cree usted que los ciudadanos hacen un abuso de los servicios en los centros de salud y en urgencias?

No se trata de hacer un abuso. Se trata más bien de un uso inconsciente del sistema sanitario y de que no se tiene en mente el coste, porque la sanidad cuesta. Aunque se pueda pensar en la contribución que se hace durante años, acudir al médico tiene unos gastos. Pero ahora, es el momento de que el ciudadano arrime el hombro, y cómo puede hacerlo; pues sin ninguna duda utilizando bien los servicios que se le ofertan.

Pero ¿está tan mal gestionada la sanidad como últimamente parece?

No será posible que el médico aguante toda la presión burocrática de objetivos basados en el registro. El médico no puede priorizar un tema de registro. Por eso, la administración debe cambiar el chip. En Andalucía los médicos somos ejemplo de compromiso, con la prescripción por principio activo. Ahora, lo prioritario es la asistencia. Debemos despolitizar la sanidad, no tiene sentido tanto cargo directivo; hay que adelgazar el número de cargos directivos.

Entonces, ¿cómo valora la gestión del SAS en comparación con otras comunidades?

En Andalucía se ha abusado del marketing. Pero se han hecho muchas cosas bien, si alguien mirara el paisaje de Málaga y comparara los centros de salud que había hace 20 años y los que hay ahora, ha mejorado enormemente. Pero, también es cierto que el profesional no se ha sentido partícipe y apoyado como debería. Por tanto, en Andalucía hay muchos logros. Reconozco que no es fácil ser gestor, es una auténtica patata caliente,y es de admirar; pero debe primar más la carrera profesional y los méritos por encima de un carné político.

En algunas comunidades autónomas se están revisando la cartera de servicios y no se descartan eliminar prestaciones en función del coste y la eficacia. ¿Cuál es su opinión?

Hay que individualizar. Probablemente, lo que hay que establecer son unos criterios más acordes al momento que vivimos, más que hablar de una determinada técnica. Ha habido una carrera sin sentido entre comunidades autónomas para ver quién da más. Ahora es a ver quién lo da mejor. También es cierto que el Consejo Interterritorial de Sanidad tiene que asumir y unificar, y la ministra va a tener una responsabilidad enorme en intentar establecer unas pautas a nivel nacional. Hay 17 calendarios vacunales diferentes, 17 historias digitales... Hubiera sido más fácil hacer una única tarjeta sanitaria, una única historia y un único calendario vacunal.

¿Sabe si la Consejería de Salud estudia eliminar servicios?

La Consejería tiene que resolver un problema de eficiencia enorme, y en ello, están trabajando. Además están en fase de reorganización con los nuevos cargos. También es cierto que se está creando mucha incertidumbre con el tema económico de julio, creando desasosiego en las familias de todos los profesionales, si se va a cobrar la nómina, si se va a abonar la paga extra...Hay muchos miedos, y eso no es bueno. La Consejería debe ser valiente y tranquilizar a los profesionales.

Con todo, los sindicatos pronostican un verano caótico por las protestas debido a los recortes o por el cierre de la Junta de Andalucía del 45 por ciento de los centros que atienden por la tarde.

Las medidas nos están llegando a cuenta gotas al Colegio de Médicos pero creo que también le están llegando así a los gestores de hospitales y demás. Está claro que si los usuarios necesitan acudir al médico, y no pueden por la tarde, irán a urgencias. Tampoco se le puede pedir al director de un centro de salud que sin sustitutos tenga que abrir de las ocho de la mañana hasta la ocho de la tarde porque no somos magos. Todo no se puede, y aunque esto parece nuevo, la falta de sustituciones no es una novedad.

«A personas formadas en Andalucía se les cierra la puerta en lo público»

De todo el personal sanitario¿ cuál es el más afectado por los recortes?

Creo que nos vemos afectados todos los grupos profesionales del sector sanitario. Ahora bien, hay determinados perfiles que de verdad van a entrar en un situación que al COM de Málaga nos preocupa. Son aquellos médicos que no tienen plaza y que viven de las sustituciones. Estas personas salen al mercado laboral y van a encontrar un panorama enormemente oscuro, y lo peor es que no se ve la luz. Si no hay sustituciones estos profesionales tienen que sobrevivir también y, probablemente, esta situación los acabe llevando a hacer las maletas e irse fuera hacia otras comunidades autónomas u otros países. Eso no se puede permitir en Andalucía. Desde el Colegio de Médicos llevamos tiempo planteando el envejecimiento del sector médico y la falta de personal, en numerosas especialidades, como traumatólogos, anestesistas, cirujanos, pediatras, que ya faltan. Si aquellos que deben sustituir a los que dejan la profesión se van puede crear un desequilibrio en los próximo años difícilmente recuperable. Pero, además, son personas formadas en Andalucía, con dinero público andaluz, en universidades andaluzas y con un MIR de una especialidad en Andalucía y después de haber dedicado 10 años de su vida a formarse se les cierra la puerta en el sector público andaluz, y el sector privado no va a ser capaz de acoger a todos. Esto crea un enorme desaliento y desánimo por ver a alguien joven, hacer las maletas e irse. Apelo a que se le abra una puerta a estos profesionales.

Y la sociedad, ¿qué papel juega?

Vivimos en una sociedad medicalizada, hay problemas por los que hace décadas no se acudía al médico y ahora sí. Además, las circunstancias actuales de crisis generan problemas médicos, sobre todo, psicológicos. Hemos pasado de la medicina curativa a la preventiva, y todos hemos influido, los médicos también. Pero lo que más me preocupa de todo esto no es el copago, ni otras medidas, ni siquiera la vertiente asistencial que está asegurada; lo que me preocupa muchísimo es la investigación. Los médicos tenemos el reto de curar lo que hoy es incurable, abordar el cáncer, aquellas enfermedades para las que no hay solución, y la actual situación económica va a ralentizar enormemente los avances científicos. No podemos detenernos en investigación, es la base de la evolución médica y debe ser prioritario.