El domingo se celebra el día internacional de la lucha contra la Violencia de Género. En Andalucía, la principal arma contra esta lacra social es el teléfono del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), el 900 200 999. Tras tres meses en el cargo, la coordinadora en Málaga explica que cada vez son más las mujeres del mundo rural que denuncian y se separan de sus agresores.

Durante 2012 un total de tres mujeres han fallecido en Málaga a manos de sus parejas. Ninguna de ellas había denunciado. ¿Qué parte hay de miedo y cuál es desinformación?

No lo podemos saber, la cosa es que no hemos conseguido llegar a ellas, sabemos que muchas veces es por la pura situación que están viviendo, un infierno. No saben que hay recursos o creen que no las van a atender. Cada vez hay más información pero hay un mensaje envenenado: que cuando las mujeres denuncian no hay recursos o ayuda. Lógicamente todo tiene un límite, pero si está en alto riesgo nos la llevamos de su casa. Nuestro teléfono es importante porque si una mujer no ha tenido acceso por prohibiciones, se le atiende a cualquier hora del día. No hace falta que haya puesto una denuncia, es el recurso que más vidas salva.

Se denuncia poco.

Lamentablemente el 75% de las denuncias son a través de un atestado, es decir que no ha habido denuncia previa. Son muy pocas las que conseguimos que sea algo preventivo, queremos que sea preventiva para poder ayudarla. Ningún programa de la Junta se ha eliminado, incluso los hemos incrementado, no como en otras CCAA.

La Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género de Málaga (UVIVG) asegura que el 55% de los expedientes analizados en 2011 son relativos a mujeres maltratadas de entre 18 y 39 años. ¿Retrocedemos?

Tenemos un problema, que cada vez las tenemos con edades más tempranas. En cinco años ha aumentado un 23,7% en chicas de 14 a 17 años. Es muy alarmante. Tenemos numerosos recursos, el teléfono, los centros de acogida, la atención psicológica específica, programa para abusos sexuales, para los hijos... Acabamos de poner en marcha un programa dando respuesta a esto, es pionero en España. El contexto de estas víctimas adolescentes es diferente, por las redes sociales la socialización es muy diferente. Era necesario hacer un programa donde ellas no se sintieran raras. Hay que tener en cuenta que su maduración está en desarrollo, había que hacerles un programa más específico. La gente está muy concienciada, sabe diferenciar la discriminación, pero si te vas a gente más joven se ve que han oído hablar, pero no saben detectarlo, dicen: «Lo hace porque me quiere», «son celos pero es normal», «lo he provocado yo». Por eso hay que dar una vuelta de tuerca y adaptar los programas a ellas. Estamos yendo a la Universidad y también a institutos.

Varios estudios dicen que siete de cada diez hijos de maltratadas serán en el futuro agresores o víctimas. ¿Se está haciendo especial hincapié en esta figura?

No voy a estigmatizar ni a condenar a nadie, pero tenemos una capacidad grandísima para recuperarnos de los fallos. Es arriesgado decir que la persona que ha sido víctima va a serlo, demasiado han sufrido. Alguien tuvo que ser el primero ¿no? También puede ser el último. Estamos trabajando con ellos, se les ayuda a crecer de forma sana y normalizada. Les explicamos que eso no es lo normal.

Hace unos días el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ denunció que la ley de tasas será «un freno» para que las mujeres maltratadas no acudan a los juzgados a presentar una demanda de divorcio o separación contra sus agresores por el coste.

La verdad que es lamentable que exista una justicia diferente para quien tenga dinero y quien no. Hay muchas familias que no pueden sobrevivir, les están negando la justicia universal. A las víctimas las discriminan una vez más. Las están condenando.

¿En qué medida la crisis económica puede hacer que la mujer no se vaya del hogar, dada su dependencia económica?

Es posible que muchas no den el paso por una tasa a no poner una denuncia. Imagínate la situación diaria: la crisis es muy dura. Si se ha quedado sin trabajo y él la sustenta, muchas veces ellas no dan el paso por eso. Por eso es importante la red de toda la sociedad, hay que ayudarles y que la familia entera sea consciente.

Hacen especial hincapié en la ayuda a las mujeres del ámbito rural. ¿Son sus casos más numerosos si se extrapola la población?

Ese es el dato importante, cada vez más mujeres de municipios pequeños usan el servicio y les es útil, están triplemente discriminadas. Este caso fue uno de los motivos para el teléfono, dar servicio a quienes están más aisladas. Funciona en todas partes, no deja señal en la factura y es gratuita.