Uno de los problemas más señalados por los agricultores, además de los bajos precios de venta, es la prioridad que se está dando a la estética ante la calidad del producto. Así, fuentes de la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) Citrima señalan que en cuanto a calidad de los cítricos malagueños, el limón vuelve a ser el «líder».

La primera fase de la campaña de la naranja, entre enero y junio, a raiz de la falta de lluvia a primeros de año, dio como consecuencia la falta de calibre en algunas variedades, pero esto no ha afectado a la calidad que ha sido «buena», sobre todo, en la variedad Navelate, que se recoge a primeros de año, y tiene una calidad «excepcional».

Por su parte, la mandarina clementina esta campaña tuvo una «calidad ligeramente inferior» por la tardanza en la floración, también como consecuencia de la falta de agua, pero es un problema que no sólo ha afectado a la provincia de Málaga sino a toda España.

En este sentido, Citrima apunta a la necesidad de un cambio de mentalidad en los consumidores: «Se debería apreciar cómo sabe un producto y no su tamaño o imagen», ya que, «productos que entran por la vista, se compran por ello, pero se repite por el paladar».

Los comercializadores buscan «una gran presencia y un producto que aguante mucho». Para ello, en muchas ocasiones, la recolección debe ser antes de la maduración adecuada del cítrico, y esto supone una pérdida de calidad.

Igualmente, destacan la necesidad de una educación nutricional en los centros escolares, igual que se dan clases de educación vial, por ejemplo, porque «es necesario conocer las necesidades alimenticias para nuestra salud».

Pero Citrima también hace autocrítica y afirma que los agricultores deben aportar su granito de arena, y adaptarse a las necesidades del mercado y a la evolución. «Como cualquier sector, se debe evolucionar y estar al día de los tratamientos más adecuados, mejores formas de recolección y de almacenaje, entre otros», afirman fuentes de la entidad.