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Evolución frente a revolución

Como consecuencia de la situación económica que estamos viviendo en España desde el año 2008, hay algunos movimientos ciudadanos tendentes a acabar o cambiar casi todo lo establecido, en gran parte sin plan alternativo, sin pararse a pensar y analizar lo mucho que ha evolucionado España en estos años de democracia desde 1975. Fuimos capaces de hacer una transición ejemplar hacia la democracia porque nos pusimos objetivos comunes y buscamos los puntos de unión, en lugar de los de confrontación, y junto con la generosidad de la gran mayoría y el liderazgo de Su Majestad el Rey don Juan Carlos I quien, a pesar de recibir de Franco todos los poderes, renunció en beneficio de una Monarquía Democrática, instaurándose un Estado social, democrático y de derecho que, con algunas deficiencias, ha traído libertad y prosperidad. Desde esa premisa, y con perspectiva histórica y de Estado, es como considero que debemos analizar los cambios que se precisan en beneficio de nuestra democracia, y por ende de España. Hay que ponderar los grandes avances y aciertos y modificar, mediante la evolución y no la revolución, aquello que sea mejorable, manteniendo y potenciando lo bueno. El desapego de la ciudadanía por la política es seguramente fruto de un sistema electoral en el que no siempre gobiernan los más votados como consecuencia de pactos que lo impiden y de minorías que tienen una capacidad de decisión nada acorde con sus apoyos electoral y social; de una capacidad de influencia excesiva de los partidos políticos; y de unas administraciones públicas sobredimensionadas e innecesarias en gran parte.

Con algunos cambios legislativos y culturales que dimensionen lo público y que insten a los políticos a responder frente a sus electores en lugar de frente a sus partidos, dejando el papel de este con carácter residual para los periodos electorales, sentaremos las bases para cambiar a mejor, sin perjuicio de medidas económicas que potencien la creación de empleo y el reparto equitativo de la riqueza.

*Pablo Atencia es abogado

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