El siglo XVIII no pasa por buenos momentos en Málaga. Tres de los bienes culturales más unidos al progreso comercial de la provincia en tiempos de Carlos III viven momentos de preocupante decadencia y la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo ha dado en julio la voz de alarma.

Se trata de tres bienes entre El Candado y La Araña, inscritos en el Catálogo de Protección Arqueológica del PGOU de Málaga, aunque protección real tengan más bien poca: el puente del Arroyo del Judío, el arco que delimita el término municipal de Málaga -acompañado de sendos hitos conmemorativos de piedra- y una antigua casa de postas. El puente se encuentra junto a la estación depuradora de aguas residuales del Peñon del Cuervo, mientras que el arco y la casa de postas están en terrenos de Financiera y Minera (la fábrica de cemento) y además en abril de este año fueron declarados Bien de Interés Cultural, al englobarse dentro de la zona arqueológica de las cuevas de La Araña.

Los tres bienes comparten un origen común: la construcción del Camino de Vélez a finales del siglo XVIII, en tiempos de Carlos III, para acelerar la llegada de los frutos del interior de la provincia al Puerto de Málaga. En el escrito de denuncia presentado por los académicos de San Telmo, se recuerda que este camino, junto con el de Antequera, se debió a la decisiva intervención del ministro de Indias malagueño Don José de Gálvez, de los famosos Gálvez de Macharaviaya.

Los arrieros y las diligencias atravesaban el puente del Arroyo del Judío, pasaban junto al arco del término municipal de Málaga y tomaban un refrigerio o cambiaban de caballos en la casa de postas antes de seguir viaje a Vélez. El camino, por cierto, al ser un camino real sigue siendo considerado una vía pública, pese a que atraviesa los terrenos de Financiera y Minera, aunque las obras de la autovía en l0s 80 cortaron la conexión natural y acabaron con la cuesta que comunicaba con La Cala del Moral.

Con respecto al puente del Arroyo del Judío, tras mucha paciencia puede localizarse, pues su parte superior está totalmente comida por la vegetación y sólo se aprecia una pequeña senda. Bajando al cauce es cuando el puente se descubre y como señala el escrito de la Real Academia de San Telmo, «presenta varias zonas en mal estado que hacen temer que pueda derrumbarse». El puente además contaba con una lápida con el escudo de España y una inscripción que desapareció hace unos 20 años.

El arco de tiempos de Carlos III, en terrenos de la fábrica de cemento, también presenta zonas desprendidas y remates desaparecidos. «Lo suyo sería una actuación de urgencia, aunque fueran cuatro soportes», precisa Manuel Olmedo a La Opinión. Acompañan al arco sendos hitos de piedra con inscripciones conmemorativas de la construcción del camino que aportan datos muy interesantes sobre el tramo entre Almellones y La Cala del Moral. Uno de ellos está junto al arco mientras el segundo, en la foto, permanece rodeado de matojos. Para Manuel Olmedo, la mejor solución sería retirar estos hitos y conservarlos en un museo para evitar su desaparición.

La casa de postas es la que está en peor estado. La fábrica de cemento ganó en 2011 un pleito al Estado sobre la propiedad del inmueble y esto supuso la salida de ella de unos inquilinos de la propia fábrica. Paradójicamente, esta salida ha marcado la rápida decadencia de la casa, que ha sido desvalijada, con muchos de sus elementos exteriores e interiores arrancados y con las habitaciones con pintadas. «Había que conservarla, tapiarla y mañana a lo mejor se pone un observatorio o se hace un parque en la zona», apunta el académico, que propone que sea la fábrica de cemento la que costee la restauración de estas tres joyas del XVIII.

Julián Ramos, director del parque arqueológico de La Araña, también deplora el alarmante estado de abandono de estos tres bienes culturales. Tras lamentar las obras de la autovía y el desvío a la ronda que obviaron la importancia de la zona y la aislaron, considera que «con lo que ha significado el Camino de Vélez como cordón umbilical de Málaga con la Axarquía, habría que restaurarlo».

En la misma línea, la Real Academia de San Telmo pide al Ayuntamiento en su escrito medidas urgentes «que eviten tener que lamentar la desaparición de estos vestigios, que honran la memoria de Don José de Gálvez y forman parte de nuestro patrimonio».