San Patricio no cede. El colegio se mantiene firme e inflexible ante la Delegación Territorial de Educación, que ayer volvió a requerir al centro que lleve a cabo las medidas oportunas para considerar el género con el que un menor de seis años de edad se siente identificado, incluido que pueda vestir el uniforme femenino. Pero las posturas parecen inamovibles. Por ello, la Junta amenaza al colegio con abrir un expediente administrativo si no aplica de inmediato estos requerimientos que buscan la protección de este menor.

La delegada, Patricia Alba, se reunió ayer en el Edificio Negro con la directora de San Patricio y el secretario técnico de la Fundación Diocesana de Enseñanza, Francisco José González Díaz. En esta entrevista, volvió a urgir al centro a que pongan en marcha estas acciones de inmediato con el objetivo de respetar la identidad de género manifestada por este escolar de segundo de Primaria.

Alba explicó que este requerimiento incluye medidas de carácter interno que son compatibles con el cumplimiento de la normativa vigente en materia educativa, así como con la organización y funcionamiento del centro y en absoluto interfieren con los derechos ni con el proceso educativo del resto del alumnado, ya que el centro argumenta que dejar que este alumno acuda al colegio con falda puede ser violento para los demás compañeros.

La delegada, no obstante, recordó que las medidas son varias y no sólo atañen al uniforme. Entre ellas, el centro ha de adecuar la documentación interna (listas de clase, carnet de estudiante, boletín informativo de notas), considerando el género con el que se siente identificado el alumno; todo ello sin perjuicio de que en la constancia oficial del organismo al que pertenecen y hasta que legalmente proceda, se mantengan los datos de identidad registrales a efectos oficiales.

El profesorado del centro se dirigirá al alumno por el nombre que acuerden la familia y los menores, algo que según González Díaz ya se hace.

Patricia Alba señaló que en el caso de que el requerimiento no sea atendido, la Delegación tomará, sin prejuicio de las que pudiera adoptar la Fiscalía de Violencia a la mujer y contra la discriminación por identidad sexual, todas las medidas necesarias previstas en la legislación vigente para salvaguardar los derechos del alumno. Y señaló que se abriría un expediente administrativo que, según lo que diga la asesoría jurídica de la Delegación, podría derivar en una sanción.

Aunque algunas fuentes consultadas por La Opinión de Málaga hablan incluso de la posibilidad de que la Junta retire el concierto educativo al colegio San Patricio si no asume estas directrices, la delegada señaló que «estamos dando uno a uno los pasos necesarios y confiamos en que el colegio cambie su posición».

Por su parte, la Fundación Diocesana mantiene su postura. Francisco José González Díaz reiteró que el colegio San Patricio es un centro con un «ideario que hay que respetar» y que la integración del menor en el centro es perfectamente normal y no está discriminado en absoluto. Por este motivo, y aunque se solidariza con la familia, que admite que «lo está pasando mal», no van a autorizar que el niño vista falda hasta que no exista una resolución judicial firme. «El resto de requerimientos los estamos cumpliendo», insistió, y anunció que el lunes mantendrán una nueva reunión con los padres, «con los que mantenemos un diálogo permanente».

El obispo de la diócesis de Málaga, Jesús Catalá, quitó importancia a la polémica surgida por la negativa a que este niño transexual pueda vestir el uniforme femenino para ir a dar clases en el colegio San Patricio, como es su deseo y el de sus padres. Desde su punto de vista, se trata de un «problema teórico» ya que, según subraya, el alumno está perfectamente integrado. Catalá defendió al centro y sostuvo que la polémica es desorbitada y se ha sacado de contexto. «Es un niño que tiene seis años, que lleva cinco años asistiendo como niño al colegio y lo lógico es que siga así», declaró el prelado.