El metro de Málaga afronta hoy una jornada clave para dilucidar su futuro, empantanado desde hace semanas a cuentas del modelo que se debe seguir en su trazado hacia el Hospital Civil. El Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía se reúnen esta tarde con posiciones absolutamente enfrentadas y con el riesgo de que la sociedad concesionaria, Metro Málaga, entre en concurso de acreedores si no hay acuerdo inminente. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, acude a la cita con la intención declarada de proponer que sea un comité de expertos el que decida si el metro en superficie debe llegar al Civil con un tranvía -que es la propuesta defendida por la Junta y la concesionaria- o mediante un autobús -tal y como propuso la pasada semana el Consistorio-.

La Consejería de Fomento y la concesionaria, que rechazan la solución del metrobús, pusieron al Ayuntamiento la fecha de hoy como tope para cerrar un acuerdo que desbloquee el proyecto y asegurar la viabilidad del metro de Málaga, pendiente del crédito del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Sin embargo, De la Torre sostiene que el comité de expertos no dilataría en exceso los plazos, ya que el dictamen podría estar listo en un plazo de entre siete y diez días. El regidor asegura que si el comité decide apoyar el tranvía, el Ayuntamiento acatará la decisión.

De la Torre planteó la idea del comité el pasado viernes, tras un primer encuentro con los vecinos de Bailén-Miraflores para explicarle la propuesta de que el metro llegue en superficie hasta el Hospital Civil. «Nadie podrá negar nuestra buena fe y deseo de hacer las cosas bien. No queremos enmendar la plana o corregir, sino buscar una solución en superficie que genere el menor rechazo posible», aseguró entonces. El regidor insiste en que su insistencia por proponer el autobús al Civil sólo obedece a cumplir con lo acordado el pasado 27 de septiembre con Susana Díaz, cuando se afirmó que se buscaría la mejor opción técnica y económica «y siempre con el consenso de los vecinos».

El alcalde contempla además plasmar un acuerdo entre ambas administraciones para llegar hasta la zona norte de la ciudad, independientemente de que los expertos determinen luego si es mediante tranvía o autobús. De la Torre alega que su alternativa de autobús «es más flexible y barata que el tranvía», aunque reconoció que había que reservar una anchura similar para el carril bus o plataforma reservada por la que iría el autobús. No obstante, en su opinión, al disponer de preferencia en los semáforos se aseguraría una frecuencia de paso coordinada con el metro, que llegaría a la estación de enlace con una frecuencia de entre cuatro y siete minutos, según la hora del día.

«Es una pena tirar por tierra la propuesta del metro-bus, porque tiene muchas ventajas y eso sería suficiente para tranquilizar al BEI y a la concesionaria», insistió.

La Junta rechaza el metrobús

Por su parte, la Consejería mantiene su postura acerca de que la conexión entre la zona de El Corte Inglés y los hospitales Civil y Materno debe hacerse con un metro en superficie que, según defiende desde el departamento dirigido por Elena Cortés, es lo acordado en la reunión del 27 de septiembre». «Un autobús no es una infraestructura ferroviaria», subrayó el pasado sábado el delegado territorial de este departamento en Málaga, Manuel García Peláez.

«No vamos a entrar en la opción del autobús porque eso no es un sistema ferroviario, que fue lo acordado. Nos negamos a hablar de un metrobús porque no sabemos qué es eso», manifestó.

El delegado de la Junta incidió en que en la reunión del pasado jueves se acordó que hoy ambas partes discutirían «sobre las dos opciones planteadas para prolongar en superficie la línea 2 del metro hacia el entorno del Hospital Civil -por Eugenio Gross o por la avenida de Barcelona-, y eso es lo que nosotros haremos».

El delegado del Gobierno andaluz, José Luis Ruiz Espejo, añadió que la Junta no ha cambiado de posición sino que es el Consistorio el que ha cambiado el criterio.

«Llegamos a un acuerdo en el que estaban implicados la concesionaria, los financiadores, la Junta y el Ayuntamiento y debe respetarse el acuerdo para la viabilidad económica del metro. Cualquier propuesta debe ser según el acuerdo adoptado, respetando a las distintas partes, para que la concesionaria pueda comenzar la obra y la selección del personal que vaya a contratar», recalcó.

Los vecinos de Bailén-Miraflores mostraron el viernes su rechazo al proyecto del metro en superficie. En un encuentro con el alcalde, una treintena de miembros de las asociaciones de Bailén, Gamarra, Trinidad, Peña el Sombrero y vecinos del distrito expresaron su rechazo por el tranvía, ya que creen que ocuparía demasiada calzada en Eugenio Gross y obligaría a reducir aparcamientos y acera. Las opiniones fueron favorables a que el enlace se realice con un autobús, recogiendo la propuesta del Ayuntamiento, y que «cuando haya dinero, se haga el metro soterrado, dijo el presidente de la asociación de vecinos de La Trinidad, Juan Romero.

Con el riesgo de que el BEI retire su inversión

La decisión de cómo llegar al Hospital Civil es la clave para desbloquear la financiación que necesita Metro Málaga para no terminar en quiebra. El riesgo de entrar en un concurso de acreedores sólo se disipará si se firma un compromiso de recorrido y plazos de ejecución para evitar nuevos retrasos y discusiones. Esta es la condición que ha impuesto el Banco Europeo de Inversiones (BEI) a las administraciones y a la concesionaria para liberar los 46 millones de euros comprometidos y no reclamar la devolución de los 325 millones prestados hasta el momento. Esa circunstancia tendría su reflejo en las administraciones, ya que la empresa no descarta una demanda para exigir una compensación.