­Desde las 00.00 horas de hoy los 32 médicos con contratos estructurales de las urgencias de Carlos Haya han comenzado una huelga indefinida. Los motivos de la convocatoria, que se hizo en plena campaña electoral, son los descubiertos en la plantilla, los contratos a jornada reducida y la imposibilidad de conciliación laboral y familiar.

Ayer por la mañana el colectivo de afectados quiso celebrar de manera simbólica una marcha con el objeto de sacar músculo y demostrar a los directivos de los hospitales que la convocatoria de paro va en serio. Alrededor de cien médicos recorrieron a pie, escoltados por policías locales y nacionales, el camino que discurre entre los hospitales Civil y Carlos Haya.

Aunque los afectados corresponden a los servicios de urgencias de los dos centros sanitarios, finalmente sólo la asamblea de los galenos de Carlos Haya refrendó la convocatoria de huelga. No obstante, los médicos quisieron recordar que la situación de «precariedad» que viven es extensible a las urgencias de los dos centros hospitales, donde hay catorce puestos sin cubrir del total de 59 que tienen estipulados el Servicio Andaluz de Salud (SAS).

El kilómetro y medio que separa ambos hospitales sirvió de escenario para recordar que estos profesionales no están dispuestos a soportar más recortes ni los descubiertos de plantilla que denuncian, lo que les hace prestar, según sus propias palabras, una peor atención y les hace trabajar al borde de la ansiedad. Además, denuncian que pese a la promesa de la Junta de Andalucía aún hay profesionales con contratos que no llegan al 100%, y ponen de ejemplo que en estos servicios de urgencias hay seis médicos al 33 por ciento.

El sindicato CSIF, convocante de la huelga que ha empezado hoy, señala que entre las reivindicaciones del conjunto de médicos de urgencias están la cobertura al completo de la plantilla, el fin de los contratos a jornada reducida, la adecuación de la plantilla a la ratio que establece el Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias (PAUE), la publicación anual de los turnos y un adecuado plan de contratación en verano para no generar situaciones de riesgo en el servicio.

Además, denuncian que el déficit de personal y las contrataciones a jornada reducida afectan directamente a la calidad del servicio asistencial en Urgencias, donde los pacientes soportan mayores demoras y una peor calidad asistencial, llegando a las 8 horas de espera, según denunció ayer el presidente del sector de sanidad del sindicato, Antonio Osorio. Al término de la marcha los trabajadores se concentraron a las puertas de la dirección gerencia del centro sanitario, donde clamaron contra el SAS exigiendo «contratos al 100%», «menos corbatas y más batas» o «con la sanidad no se juega». Tras esto, hicieron una asamblea para debatir sobre los términos de la huelga, que será indefinida de momento.

El pasado jueves CSIF se reunió con los responsables del hospital en la Delegación de Salud para pactar los servicios mínimos. En total, habrá cada día cinco médicos en el turno de mañana, cinco en el de tarde y cuatro en el de noche, tal y como funcionan durante los días festivos o los fines de semana. Según las cuentas de los propios facultativos, cada día de huelga podrían faltar entre ocho y doce trabajadores en caso de que la secunden, lo que redundará en la atención a los pacientes. Eso sí, quisieron dejar claro que sólo afectará a las urgencias menores provocándoles una mayor espera y aseguraron que en ningún caso repercutirá en los casos vitales.

CSIF Málaga, que subraya la falta de diálogo y los planteamientos inamovibles de la dirección de Recursos Humanos y la Gerencia ante lo que consideran precariedad laboral y las deficiencias en el servicio denunciadas por el colectivo, señala que las reivindicaciones del conjunto de profesionales están recogidas por la propia Administración sanitaria como recursos necesarios para prestar asistencia.

Fuentes del centro sanitario quisieron recordar que la huelga sólo afecta al servicio de urgencias de Carlos Haya y no al del Civil y que con los mínimos acordados la atención sanitaria a los usuarios no se verá perjudicada.