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La chimenea, desde la discreta calle Marbella

Desde el arranque de la calle Marbella, engalanada con gruesos cables, hay una vista espléndida de la chimenea de la Fundición Ramírez y Pedrosa

La chimenea, desde la discreta calle MarbellaA. V.

El pasado sábado hablábamos de la convivencia de todo tipo de rótulos en las calles de Málaga, pese a los intentos por uniformizarlos, aunque los resultados más homogéneos los encontramos en el Centro Histórico.

Un caso evidente de convivencia lo tenemos en la calle Marbella, una estrecha callejuela (valga la redundancia), en la que encontramos a un lado el rótulo moderno, con letras verdes finas sobre fondo blanco y enfrente el rótulo blanco y azul marino de los años 70.

Curioso el destino de algunas calles de Málaga. La evolución de la ciudad ha permitido, por ejemplo, que calles de pueblos mucho más pequeños como Cómpeta o Frigiliana sean prácticamente avenidas, mientras que Marbella, y a pocos metros Estepona, tengan dedicadas sendas calles que se recorren en dos zancadas.

Se encuentran las calles Marbella y Estepona a dos pasos de la estación de tren, en el barrio de La Isla. La primera de ellas, por cierto, luce de un extremo a otro, quizás pensando en estos días de Feria, unos gruesos cables de luz o teléfono que funcionan como siniestras guirnaldas -después de que el Ayuntamiento haya eliminado más de dos kilómetros y medio de cables aéreos en las calles Pepote y Pedraza Páez, en Pedregalejo, retirar esto le debería parecer pan comido-.

Pero hay algo de lo que la modesta calle marbellí disfruta y que la diferencia de la mayoría del callejero: tiene vistas espléndidas a una de las 13 antiguas chimeneas industriales que se conservan (14 si contamos la de Salyt). En concreto a la modesta chimenea de la Fundición Ramírez y Pedrosa, en la calle Ferrocarril.

Gracias a la Asociación en Defensa del Ferrocarril y el Patrimonio Industrial de Málaga (Apidma) la chimenea luce un panel de cerámica con la historia de la fábrica, fundada en 1916 y que cerró sus puertas hace bien poco, en 1998. Se trataba de una fundición de hierro y bronce que construyó y reparó muchas calderas. En la pequeña glorieta donde se encuentra la chimenea se encuentran dos bonitas columnas de hierro que soportaban los techos de la antigua fundición.

Como la semana pasada contaba a esta sección José Antonio Ruiz, presidente de Apidma, la asociación logró recuperar uno de los hornos de la industria, que conserva en un local del PTA, hasta que algún día de estos se inaugure un Museo de la Industria en Málaga.

Teatrero

Un residente en Málaga conducía la semana pasada a unos amigos a la calle Alcazabilla para enseñarles «el anfiteatro romano». Ya quisiéramos.

Descanso

A partir de mañana el autor de esta sección se toma un descanso veraniego. Dentro de un mes regresará con nuevos paseos y anécdotas. Saludos cordiales y buena Feria.

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