­El nuevo trazado urbanístico y de circulación del Polígono Industrial Villarosa, próximo a la zona de Guadalmar, está dando qué hablar y la Asociación Provincial de Empresarios y Transporte de Málaga (Apetam) no dudó ayer en mostrar su descontento al dificultar el acceso de autbuses de transporte escolar y discrecional.

La asociación detalló que desde que comenzaron las obras en la zona, encaminadas a la construcción de nuevas naves industriales, se han complicado los accesos para que los autobuses, autcares y minibuses puedan llegar a sus cocheras, ubicadas en el entorno desde hace décadas. Un área clave para algunas de las firmas más reconocidas dentro del transporte escolar y discrecional de la provincia que ya notan los impedimentos para hacer sus rutas y las puestas a punto de sus vehículos.

Desde Apetam se instó ayer a que, al menos, la Gerencia Municipal de Urbanismo respete el trazado espacial actual de 14 metros, que permanece desde la construcción del polígono, y que incluso lo amplíe para que las empresas de transporte tengan total garantía de acceso y maniobrabilidad. Las compañías que llevan más tiempo en la zona aseguran que estas dimensiones dejan ámbito suficiente a las nuevas construcciones.

El trazado de este polígono se realizó en el año 1997, pero no se ha desarrollado hasta ahora y la normativa para el desarrollo urbanístico de nuevas áreas ha cambiado mucho desde entonces. Y es que una de las principales vías de la zona se está acotando a un espacio de 10 metros cuando la normativa actual pide que haya casi el doble.

Otro de los asuntos que prevén que se acentuarán al culminar las obras es la falta de aparcamientos, un problema que ya era palpable con anterioridad e imaginan que se agravará, de no llegar una solución antes.

Apetam ha puesto toda esta información en conocimiento del Ayuntamiento de Málaga, de los responsables de la obra, así como de la Asociación de Polígonos Industriales de la ciudad la necesidad de establecer una mesa común de trabajo para poner encima de la mesa las necesidades de ambas partes y llegar a un acuerdo, para que todas las empresas, las que ya trabajan allí y las que se quieren alojar tras las obras, puedan desempeñar sus tareas con normalidad.