Una plaga de mosquitos especialmente virulenta se está cebando desde que comenzó el curso con los niños y los profesores del colegio Julio Caro Baroja situado en la urbanización de Guadalmar, junto al paraje natural de la desembocadura del río Guadalhorce. La presencia de estos insectos es habitual en esta zona, sin embargo, las autoridades reconocen que este año está siendo «peor». Padres de alumnos del centro se están movilizando y recogiendo firmas para que el Ayuntamiento haga algo.

A través de la plataforma social change.org intentan hacer presión. La directora del colegio, Yolanda Claros, explica que el colegio avisa con regularidad a los técnicos del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento «y siempre acuden». Pero su trabajo encuentra muchas limitaciones. Las picaduras son diarias «y algunos niños sufren más reacción que otros», explica la directora, que considera normal que los padres se preocupen.

«Aunque tenemos insecticidas en clase, pastillas y aparatos eléctricos contra los mosquitos, cuando los niños salen al recreo están completamente desprotegidos, aunque sus padres utilicen cremas y otros repelentes para evitar las picaduras», asegura Claros.

Por parte del Ayuntamiento, en concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, explicó que estos mosquitos hacen acto de presencia con el cambio de temperatura, es decir, a mediados de septiembre, coincidiendo con el inicio del curso escolar. «Cuando hemos ido es cierto que hemos detectado larvas de mosquito en el exterior del centro, en el alcantarillado y, sobre todo, en las canalizaciones de obra situadas en las márgenes del Guadalhorce. En cualquier charco de agua estancada aprovechan para dejar sus huevos», explicó el concejal.

Cuando el Ayuntamiento actúa en la zona y lleva a cabo fumigaciones, «los mosquitos desaparecen, pero vuelven a los dos o tres días», admite. Jiménez explica que han pedido autorización a la Delegación Territorial de Medio Ambiente de la Junta para poder echar agua depurada por estos cauces laterales del río para arrastrar este agua sucia «como hemos hecho en alguna ocasión». «Sin embargo estamos a la espera de una respuesta», dijo el edil. «Eso o esperar que lleguen las lluvias y el frío», concluye.