1. Un movimiento de más de 6,3 grados a las 5.22 horas

Apenas cuatro días después del terremoto de 4,9 puntos de Alhucemas, Málaga volvió a reencontrarse con el temblor. Esta vez de manera más nítida y con una intensidad que fue notoria en buena parte de las casas. El reloj marcaba las 5.22 horas cuando la vibración fue masivamente percibida. Poco después, tanto el Instituto Geográfico Nacional como su homólogo en Andalucía confirmaban lo que ya muchos intuían: la vibración había sido fuerte, de 6,3 grados, por encima, incluso, de la que en 2011 castigó a Murcia.

2. El carrusel de las réplicas y los daños en Melilla

Durante las horas siguientes, se sucedieron réplicas de importancia. La más fuerte, a los pocos minutos, con una intensidad de 3,8 puntos. A pesar de su virulencia, en la provincia de Málaga no se registró ningún tipo de incidente. Peor suerte, por proximidad, corrió Melilla, donde sí hubo heridos y desperfectos ocasionados por la caída de cascotes y desprendimientos.

3. Una nueva reproducción de 4,7 puntos

El terremoto, cuyo epicentro se localizó a 165 kilómetros de la costa de Málaga, y con un nivel inmersión de 21.000 metros, siguió manifestándose con episodios significativos. Las casi 500 réplicas computadas desde el lunes dieron paso a un eco de mucho mayor peso en la escala Richter, el de la mañana del 28 de enero, cuando se contabilizó un epílogo vibratorio de 4,7. ¿Es el punto final del episodio? Probablemente no. Los expertos hablan de un movimiento de ondas que no terminará de desvanecerse hasta dentro de muchos meses. Es más, incluso se pronostica un año de réplicas, si bien con acordes mucho más suaves y prácticamente imperceptibles. El seísmo del 26 es ya uno de los tres más importantes de cuantos se han detectado en la provincia en los últimos 15 años.