Al filo de la 1.30 horas de la mañana y tras más de 12 horas de reunión el comité de empresa de Limasa anunció esta madrugada que presentará a los trabajadores a última hora de la tarde de hoy una oferta municipal para que sea votada en asamblea y así decidan si continuar con la huelga o desconvocarla. Manuel Belmonte negó que haya un principio de acuerdo porque "no hay ningún documento firmado, solamente lo que se ha puesto encima de la mesa" pero sí admitió avances y dejó en manos de la asamblea el futuro de la huelga, que hoy llega al séptimo día.

La oferta municipal, detalló el alcalde Francisco de la Torre, es desde el punto de vista formal «un principio de acuerdo para llegar a un convenio colectivo». El Ayuntamiento ofrece descansos sábados y domingos, y acepta la paga de productividad planteada por los trabajadores: 433 euros en 11 mensualidades este año y 867 euros en 2017 en 11 mensualidades; además, para las vacaciones proponen 15 días de junio a septiembre y el resto del año 21 días, propuesta que el alcalde ha calificado de "un esfuerzo importante" en las cuestiones "nucleares" de esta larga negociación. En concreto precisó que estas medidas costarán "en torno a unos 3 millones de euros lo del año 16" y lo ofertado para 2017 "una cifra muy cercana a 5, algo más de lo que teníamos previsto".

Además, en el mismo paquete el Consistorio ha propuesto sustituir la cesta de Navidad por un fondo social de 30.000 euros "para casos coyunturales de dificultades o enfermedad" de los trabajadores y sus familiares.

También emplazó a los trabajadores, los partidos políticos y la sociedad para abordar el futuro de Limasa tras el final de la concesión en 2018 y pidió una reflexión conjunta y tranquila.

El alcalde pidió por último "responsabilidad" a los trabajadores de Limasa en relación con la asamblea de esta última hora de la tarde.

La oferta municipal y la convocatoria de la asamblea llega después de casi 13 horas de reunión a lo largo del domingo.

Jornada maratoniana. Pasadas las nueve de la noche, el presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte informó al medio centenar de trabajadores que se congregaron a las puertas del Ayuntamiento para comunicarles que había una nueva oferta municipal. En síntesis, ésta excluye ya 2018 y tendría vigencia de 2013 a 2017, pasaría por dar 500 euros en concepto de paga de productividad en 2016, no ligados a ningún concepto de no absentismo, al igual que en 2017, año para el que el Ayuntamiento, tras el rechazo del comité, tuvo que negociar de nuevo. Con todo, no estaba claro que esta oferta fuera aceptada en todos sus términos. Los miembros del comité de empresa de Limasa y los representantes del Ayuntamiento comenzaron la negociación a las 9.30 de la mañana. Esa reunión terminó hacia las 14 horas sin acuerdo, ya que los trabajadores no aceptaron una nueva propuesta del Ayuntamiento, similar a la que presentaron ayer. Pese a que ese día, sábado, el Ayuntamiento varió su postura y aceptó abonar parte de la paga de productividad este mismo año, el presidente del comité, Manuel Belmonte, declaraba que el acuerdo estaba «complicado» porque «quieren supeditar la paga a que no nos demos de baja y eso no lo podemos admitir porque hablamos de cantidades que son salarios y que fueron cláusulas de años anteriores». Manuel Belmonte subrayó que la diferencia entre lo que pedía el comité de empresa y lo que proponía el Ayuntamiento era una cantidad menor a 900.000 euros y «eso no es un escollo para escudarse en que los presupuestos ya están cerrados porque no es cierto».

No pocos trabajadores aguardaron toda la jornada a las puertas del Ayuntamiento, expectantes y con diversas opiniones sobre el conflicto, si bien algunos de ellos recalcaban estar dolidos por el hecho de que ante muchos malagueños estuvieran dando una mala imagen tan sólo por reivindicar lo que legitimamente les pertenece.

Las conversaciones se reanudaron sobre las 18 horas con numerosos gritos de ánimo proferidos por aproximadamente medio centenar de empleados de la empresa. Tres horas más tarde, poco después de las 21.00, salía Belmonte, a comunicar a los trabajadores congregados que estaban «pendientes de cuadrar una contraoferta» que se había producido.