­Es una fiesta importada, pero el disfraz, habitualmente terrorífico, da carta de naturaleza no sólo para pasar una apasionante noche de miedo en la madrugada del 31 de octubre al 1 de noviembre, sino también para que, amparándose en el anonimato, muchos den rienda suelta a sus bajas pasiones y cometan actos vandálicos que, a la luz del día, resultarían irrealizables. Eso es, al menos, lo que piensa la Policía Local de la tarde noche de Halloween, que obligó a que las patrullas de agentes realizaran hasta 342 intervenciones, relacionadas muchas de ellas con el vandalismo en diferentes partes de la ciudad, cifra a la que habría que sumar centenares de identificaciones y personas cacheadas con detector de metales, en su mayor parte con carácter preventivo.

La policía destaca la gran presencia de personas disfrazadas al Centro, muchas más que en años anteriores. Por otro lado, las llamadas de ciudadanos a la Sala 092 ascendieron a 284 entre las tres de la tarde del 31 de octubre y las siete de la mañana del 1 de noviembre, dándose el mayor volumen entre las ocho de la tarde de la víspera y las tres de la madrugada del día de Todos los Santos, con 168 comunicaciones atendidas.

El Grupo Operativo de Apoyo (GOA) y otros agentes realizaron diversos controles selectivos, incautándose de un gran número de armas contundentes tales como 27 bates de béisbol, una pistola réplica de bolas, una carabina de aire comprimido, una navaja, dos fustas, dos catanas de bambú, dos bastones con punta de acero, una barra de hierro, un tronco de madera, una cadena y hasta una careta cubierta de tornillos.

Además, los funcionarios detuvieron a cinco individuos por diferentes hechos delictivos: dos por robo con intimidación en el Paseo de España, junto al Parque; uno por desobediencia grave y agresión a agentes de la autoridad en la plaza de la Merced; otro por causar daños a coches estacionados en la calle Victoria y comprobar que le constaba una orden de búsqueda y detención de un juzgado de lo Penal de Madrid. Asimismo, otras cinco personas fueron denunciadas por hurto, dos de ellas tras ser sorprendidas por policías locales tratando de sustraer objetos del interior del bolso de un turista, debiendo intervenir los policías para evitarlo; y otras tres sorprendidas hurtando ropa en un comercio.

A lo largo de la tarde noche, el Grupo de Investigación de Accidentes y Atestados llevó a cabo controles preventivos de alcoholemia y droga, de forma que siete conductores dieron positivo. Uno de ellos dio un resultado superior al de los límites del delito. Dos conductores fueron denunciados por no tener puntos o haber perdido el carné, y un joven fue detenido tras ser sorprendido en la Cruz de Humilladero saltándose varios semáforos en rojo.

También fueron denunciadas 38 personas por hacer botellón y se decomisaron 98 botellas de bebidas alcohólicas en el entorno del túnel de la Alcazaba, y los funcionarios tomaron los accesos y el interior de la Merced para evitar un macrobotellón, apoyando los policías a los operarios de Limasa en la limpieza del enclave.

Catorce personas fueron sorprendidas con distintas drogas y otras seis han sido denunciadas por hacer sus necesidades fisiológicas en la calle, aunque sólo un local fue denunciado por exceso de ruido en el exterior.

Numerosos incendios. Los Bomberos intervinieron en varios incendios de contenedores en las calles Vicente Aleixandre, Merlo, Horacio Lengo (dos veces), Santa Teresa, Maestro Jiménez y Martínez de la Rosa. En esta última calle, el fuego afectó a tres coches, quedando uno de ellos calcinado. En la avenida de la Aurora dos papeleras fueron quemadas y en Raimundo Lulio ardieron unos matorrales. En la calle Maestro Vert, en el suceso más grave, un parque fue quemado en su totalidad: columpios, suelo, caseta y toboganes.

Hubo menores que lanzaron huevos a fachadas de edificios, sobre todo en la zona Este, y uno de ellos lanzó piedras al cristal de un autobús. Los controles genéricos a jóvenes disfrazados permitieron el decomiso de 27 docenas de huevos. Hubo roturas de cristales de marquesinas y en, Cortijo de Torres, un grupo disfrazado con ropas oscuras zarandeó varios coches, volcando uno de costado. Asimismo, los funcionarios tuvieron que mediar en numerosas peleas.