Los sindicatos vienen advirtiendo de la altísimas cotas de precarización en que se mueve el mercado de trabajo, algo que achacan tanto al impacto de la crisis como a la puesta en marcha de la reforma laboral, aprobada por el Gobierno en 2012. «Vamos a peor. Desde que se puso en marcha la reforma estamos percibiendo también mayores niveles de economía sumergida y de fraude en el empleo. Se ha fomentado mucho el contrato a tiempo parcial y eso esconde muchas situaciones de fraude, donde un trabajador tiene un contrato de dos horas al día pero se le obliga a estar ocho», comenta el responsable de Turismo de CCOO, Gonzalo Fuentes.

Según explica, las empresas tienen aleccionados que recurren a esta práctica fraudulenta tienen aleccionados a sus trabajadores para que, en el caso de que llegue un inspector de Trabajo, diga que sólo trabajan lo estipulado en el contrato. «Y ellos acceden por miedo a perder el empleo», lamenta. Este fenómeno afecta a todos los sectores productivos pero se da con especial incidencia en la hostelería, un ámbito que incluye a restaurantes, bares, chiringuitos, discotecas o salas de fiesta. Lógicamente, el verano es la época del año donde hay más fraudes en la jornada a tiempo parcial, al ser también los meses de más actividad. «Muchos trabajadores, además, descansan sólo un día a la semana, lo que va en contra del convenio», añade.

Fuentes afirma que la economía sumergida sólo podrá ser combatida de forma eficaz, por un lado, con la derogación de la reforma laboral y la introducción de normas que impulsen la contratación estable y, por otro, con la asignación de más personal y recursos a la Inspección de Trabajo. «Los inspectores, con su número actual, sólo alcanzan a destapar la punta del iceberg de la economía sumergida», asegura.

El representante sindical también denuncia el caso de las personas que son obligadas a trabajar directamente sin contrato . Entre ellos, muchos de los denominados «extras», como se denomina a aquellas personas son llamados por los empresarios para cubrir eventos concretos, desde una boda a un día punta de llegada de turistas o un puente festivo. Fuentes calcula que en verano pueden registrarse una media de más de 3.000 extras trabajando cada mes en bares, restaurantes, discotecas o chiringuitos de Málaga. La cifra se puede dispara a 5.000 en días concretos de alta demanda turística. La inmensa mayoría, según CCOO, trabaja sin contrato. El empresario suele pagarles en mano al final de la jornada una cantidad de entre 30 y 50 euros.