La Fiscalía pide 42 años para los siete componentes de una banda de rumanos y búlgaros que se dedicaba al robo de coches de alta gama en la Costa del Sol y que, incluso, sus miembros para pasar desapercibidos se disfrazaban de vigilantes de seguridad y usaban numerosos móviles para dificultar el trabajo de la policía. El fiscal cree que llegaban a vender algunos de los automóviles a organizaciones de narcotráfico. Trataron de robar o los sustrajeron efectivamente más de una treintena de automóviles, la mayoría de la marca Mercedes, Audi o BMW. Los golpes los daban en Málaga capital, Torremolinos o Marbella, entre otros lugares, hasta principios de 2009.

Así, el fiscal señala que los nueve acusados (hay dos huidos de la Justicia) «forman una organización dedicada al robo de vehículos radicada en España y en concreto en la Costa del Sol, que venían siendo investigados desde 2008, con advertencias sobre su actuación por parte de las autoridades búlgaras en colaboración con las españolas. Actuaban preferentemente en urbanizaciones de prestigio».

Para pasar desapercibidos en sus vigilancias, disponían de uniformes de empresas de seguridad, tenían varios domicilios y usaban una gran cantidad de móviles. «Tras localizar el vehículo, le forzaban la cerradura y empleaban una caja electrónica que permite saltarse los dispositivos antirrobo, codificando una llave nueva con la que arrancar el coche. Después de sustraerlos, los aparcaban en la calle o en garajes muy distantes para, pasados unos días, trasladarlos y venderlos a otras organizaciones, incluyendo las de narcotráfico, teniendo algunos de los intervinientes detenciones por tráfico de drogas».

El líder de la banda

El procesado R. R. V. es el más importante en la organización e impartía las instrucciones al resto de la banda. Hay otros dos en paradero desconocido. V. V. es el encargado de localizar y sustraer coches y los efectos de su interior; S. V. y T. A. B. colaboraban con el anterior, mientras que M. G. M. es la pareja sentimental de V. V., «dándole cobertura de normalidad» en su casa de Torremolinos. M. T. también ayudaba a los anteriores. K. D. es la persona encargada de buscar compradores para los coches robados, P. I. M. vendía los objetos sustraídos y M. N. era la pareja de K. D.

«A los acusados se les intervino una centralita de seguridad alterada llamada Caja e inhibidores de frecuencia», añade el acusador público. El juicio, por cierto, se celebrará el 20 de junio en el Juzgado de lo Penal número 1 de Málaga.

El 11 de mayo de 2009 se intervino en uno de los domicilios de Torremolinos una importante cantidad de objetos procedentes de los robos en el interior de coches. La «caja», por cierto, es un objeto electrónico para vencer los antirrobos de los coches de alta gama, añade. En otra de las casas de Marbella se intervinieron más objetos, mientras que uno de ellos se hallaba en prisión preventiva por otros hechos similares seguidos en otro procedimiento. Asimismo, se intervinieron judicialmente 34 móviles; fruto de las escuchas se comprobó la participación de la banda en más de treinta robos o intentos de robo de coches de lujo.Robo en Marbella

Como ejemplo de estos intentos, resulta significativo uno acaecido en abril de 2009 en Marbella. Uno de los miembros de la banda usó una llave falsa con un Mercedes aparcado en la calle Poseidón; el dueño comía en un chiringuito y vio al búlgaro dentro del automóvil, le llamó la atención y este huyó llevándose el Ipod grabado con sus iniciales. Se montó en un Mercedes CLK y se fue del lugar, un coche robado días antes.

Los siete miembros de la banda están acusados de un delito de asociación ilícita, otro continuado de robo con fuerza, uno de falsedad y otro robo con violencia e intimidación en las personas.