Los retos a los que se ha tenido que enfrentar la construcción del metro desde que comenzaron las obras en junio de 2006 han sido múltiples, aunque nada comparado con los 295 metros entre el Guadalmedina y la Alameda, a la altura de Atarazanas. Restos arqueológicos, aguas subterráneas, el reto técnico de construir bajo el lecho del río, proteger los ficus y trabajar en un suelo inestable. No está siendo fácil la obra, aunque los plazos se están cumpliendo y para la próxima Navidad se volverá a abrir al ciudadanos el lateral norte de la Alameda, esta vez ya peatonalizado. Los responsables de Sando, que lidera la obra, reconocen que «son los 300 metros más complicados de mi vida», como apunta Jaime Rodríguez Donnelly, director general de Construcción de Sando, parafraseando a uno de sus ingenieros.

Plazos de la obra

¿Cuándo se podrá abrir la Alameda al uso ciudadano?

Miguel Ángel García Cañizares, director de la obra del Metro de Málaga

«Las pantallas en el tramo de la Alameda están casi terminadas y vamos a empezar a trabajar en las del río, una vez que hemos terminado la demolición de la cimentación, que era más profunda de los que esperábamos. Respecto a la devolución de la calle, antes de la próxima Navidad, ese tramo se dejará lo más liviano posible. No es fácil, pero intentaremos que no haya vallas y, si las hay, que sean lo más amables posibles y no las que hay ahora. Posiblemente para Navidad nos falten detalles, pero estará muy avanzada la reurbanización, excepto el tramo que necesitamos de acceso al túnel. Además estamos trabajando con el Ayuntamiento para cerrar el proyecto global de la Alameda y urbanizar tras verano».

Retos técnicos

¿Qué problemas ha habido que superar parar construir este tramo?

Jaime Rodríguez Donnelly, director general de Construcción de Sando

«Hemos encontrado una actitud colaboradora en todos los sentidos y eso nos ha permitido ir solventando los problemas, que para eso es para lo que nos pagan. Además hemos contado con asesoría interna y externa de primer nivel para afrontar los problemas. El primero fue realizar los desvíos de tráfico, que eran muy complicados y cada modificación tenían muchas implicaciones, teniendo que actuar en sitios muy alejados como el Paseo de Reding o Martiricos. También había que proteger los ficus durante la obra, para lo que hemos contado con expertos a nivel nacional, que han aportado soluciones que están funcionando muy bien. Hay que poner en valor el trabajo que se está haciendo».

¿Tan complejo es este tramo?

Jaime Rodríguez Donnelly, director general de Construcción de Sando

«Sólo las pantallas eran muy complicadas, ya que había que anclarlas a 35 metros de profundidad y a sólo 1,80 metros de las tiendas, además en un espacio muy reducido en el que hay que hacer sitio a varias máquinas y equipos. A eso hay que sumarle unos flujos de aguas subterráneas muy importantes, ya que trabajamos en lo que era un antiguo playazo, y con restos arqueológicos. En breve construiremos bajo el lecho del río, que es complicado, pero se puede hacer».

Francisco Pérez, gerente de la Agencia de la Obra Pública de la Junta

«Es una obra de un nivel tecnológico muy alto y acometido por una empresa malagueña. Es muy importante que tengamos eso en cuenta».

Jaime Rodríguez Donnelly, director general de Construcción de Sando

«La construcción del metro ha supuesto una actuación de mucha envergadura, que nos ha servido para aprender mucho y eso nos ha permitido acometer muchas obras de túneles urbanos, como algún tramo del metro de Granada, el que lleva el Cercanías al Aeropuerto, el de Cañaveral (en Madrid) y algunos tramos de alta velocidad en Galicia».