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García Grana

La lucha de Paco por volver a la casa familiar

Empadronado en el barrio, ha estado viviendo en un trastero en Cártama, ya que no tiene acceso a la casa de su madre

La lucha de Paco por volver a la casa familiarÁlex Zea

Los vecinos conocían a su madre como Paca, la Canastera, porque en los tiempos en los que vivió junto al arroyo del Cuarto, su familia hacía canastas de caña para ganarse la vida.

Tras las inundaciones de 1958, fue realojada y a partir de 1960, Paca, Francisca Ternero Saura, pudo disfrutar de una vivienda en la nueva barriada de García Grana, junto a la Cruz del Humilladero. Al poco de trasladarse a García Grana nació su hijo, Francisco (Paco) Luque Ternero, que hoy tiene 56 años. Francisca Ternero vivió lo suficiente como para mudarse a la nueva barriada en 2003, al número 8 de la calle Záncara. Falleció en 2005.

Después de su muerte, su hijo Paco comprobó que la vivienda no había pasado a sus manos, cuando en el resto de la barriada, estos pisos de alquiler con opción a compra pasan de padres a hijos. Él sigue empadronado en García Grana.

«Fui a preguntar en el Instituto Municipal de la Vivienda por qué no entraba la llave en la cerradura después de morir mi madre», cuenta.

Una profunda depresión por la separación matrimonial provocó que no reclamara por escrito la vivienda a la que tenía derecho y además, la depresión le llevó a dormir en la calle, «y para salir de la acera cometí un delito».

Paco Luque pasó cinco años en la cárcel por hacer de correo de droga. «Por tal de quitarme de la calle, me la jugué. Mi madre decía que estaba orgullosa de que ninguno de sus hijos se había metido en problemas, y yo caí», lamenta.

Para complicar la situación, la vivienda de calle Záncara fue ocupada por su sobrina y luego por una segunda mujer y en la actualidad, tras la expulsión por el Consistorio de la última okupa, vive en ella un vecino mayor del barrio.

Paco dejó la cárcel en 2015 y como no tenía dónde vivir, se marchó a casa de su hermano en Cártama: «Como tiene cinco hijos, me arregló un trastero y ahí estuve viviendo». En Cártama sigue, aunque ahora su hermano le ha hecho un hueco para que viva en una habitación de la casa.

El hijo de Paca, la Canastera, está en paro, recibe los 426 euros de los desempleados de larga duración y cuando mira para atrás, concluye: «Yo no habría llegado a donde he llegado de haber tenido una vivienda, pero en ese momento no estaba bien y no firmé los papeles».

La reclamación cuenta con el apoyo de la Asociación Plataforma Záncara. Victoria Reyes, de la plataforma vecinal, resalta que «entendemos que hay muchas personas sin vivienda pero él tenía la suya y el Ayuntamiento se la ha quitado».

Respuesta del IMV

El gerente del Instituto Municipal de la Vivienda, José María López Cerezo, reconoció ayer a La Opinión que se trata de un asunto «complejo», porque «legalmente la asesoría jurídica ha informado negativamente» sobre la posibilidad de que se haga con una vivienda en García Grana.

No obstante, si cumple los requisitos, apuntó que «tiene la opción de la Oficina del Derecho a la Vivienda», del propio IMV, que ofrece ayuda en caso de impagos de hipotecas, desahucios y ocupaciones irregulares de viviendas.

Paco Luque, mientras tanto, sigue sin casa propia. Su sueño es poder volver algún día al barrio donde nació.

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