Nunca antes los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil se han mostrado tan unidos por una causa que lleva pudriéndose más de treinta años en los despachos del Ministerio del Interior, cuyos responsables, Gobierno tras Gobierno, han ignorado las reivindicaciones de los funcionarios para que sus salarios se equiparen al de las policías autonómicas y locales. Esa brecha, tan significativa como prolongada en el tiempo a pesar de tratarse de los cuerpos estatales, ha provocado un movimiento sin precedentes entre sus agentes bajo el paraguas de Justicia Salarial Policial (Jusapol), una asociación creada a principios de año por un pequeño grupo de radiopatrullas de Palencia. «Todo surgió en torno a un café después de tantos años sin que nadie hiciera nada por la equiparación salarial. Creamos grupos de whatsapp y en dos semanas éramos catorce personas, diez de Palencia y cuatro de Alicante. Actualmente somos más de 30.000 asociados en todo el país», explica Natan Espinosa, uno de los fundadores y presidente de una organización que desaparecerá cuando cumpla su objetivo. Málaga, una de las plazas policiales más potentes de España, no se ha quedado atrás y suma cerca de 3.000 seguidores, muchos de los cuales han participado en las multitudinarias movilizaciones que hasta el momento se han celebrado simultáneamente en todo el país.

Jusapol lo tiene muy claro. Espinosa dice que el éxito de la asociación es el hartazgo de los funcionarios ante la pasividad de los políticos y de los sindicatos policiales y una estrategia muy clara y directa para hacer llegar su mensaje a las más altas instancias. Recuerda que el asunto viene de lejos. En 1986 ya se reclamó por primera vez la equiparación y en 1991 se produjo la primera manifestación por este motivo. Un año más tarde se alcanzó un acuerdo marco que se descartó dos años después. El ciclo se repite a partir del año 2000 con una manifestación y un acuerdo en 2005 que se incumple de nuevo en 2008. Luego llegó la crisis y una bajada de los sueldos del 5% que no han recuperado.

En febrero también crearon una petición en Change.org dirigida al ministro del Interior (el viernes sumaba más de 141.000 firmas) al tiempo que la idea crecía de forma exponencial con la creación de grupos de whatsapp por todo el país hasta consolidarse en julio, cuando Jusapol se inscribe en el Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior.

Ese mismo verano, el movimiento llama la atención de los agentes del instituto armado, cuerpo que contaba con plataformas que luchaban por el mismo objetivo. En septiembre ya había treinta compañías de la Guardia Civil interesadas en sumarse al proyecto y se produce una «unión histórica». Se crea una mesa de negociación en la que, además de policías nacionales, participan siete asociaciones de guardias civiles. «Eso no había pasado nunca», exclama. De ese cónclave salen varias propuestas a ejecutar. La primera, la más visible, son las movilizaciones realizadas el 28 de septiembre, el 6 y el 27 de octubre, esta última la más multitudinaria con presencia en las calles de 46 provincias. La cuarta cita, el próximo 18 de noviembre, prevé superar el registro. La segunda propuesta es la creación de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para que se apruebe una ley que regule la equiparación salarial de todas las policías de España. La registraron en el Congreso el 17 de noviembre y necesitan 500.000 firmas que esperan tener en apenas un mes. «Este será un momento muy importante porque se verá que partido político apoya o no la equiparación», indica Natan antes de explicar la tercera iniciativa: Una demanda judicial colectiva en diferentes juzgados para denunciar esa diferencia salarial por el mismo trabajo. Otro paso es proponer mociones en 50 ayuntamientos para que apoyen la igualdad salarial y estos eleven la petición al Gobierno.

Tras la convocatoria del 18 de noviembre harán lo mismo pero en los parlamentos autonómicos e incluso en Bruselas, ya que la vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos en el Parlamento Europeo, Beatriz Becerra, trasladará al Parlamento Europeo la petición de igualar los salarios. Espinosa, sin embargo, recuerda que la discriminación respecto a otros cuerpos no sólo se detecta en las nóminas. «También en las jubilaciones». Asegura que en las policías autonómicas no pierden poder adquisitivo una vez jubilados como ellos. O las pagas extra, ya que «en los otros cuerpos son nóminas íntegras y las nuestras son complementarias (1.000 euros brutos). Jusapol también reclama igualdad a la hora de cobrar servicios extraordinarios o las asistencias a juicios, puesto que en otros cuerpos las pagan con horas extras y a ellos con días libres.

Nóminas de agentes de escala básica

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