­Matías Mérida es el autor de un exhaustivo informe para calibrar el impacto que tendría la construcción del hotel rascacielos en el morro del Puerto de Málaga. Un trabajo aplastante que afronta las consecuencias de su hipotético levantamiento, y que Mérida disecciona para La Opinión.

¿Qué motivación hay detrás del informe que lleva su firma?

El informe surge durante el periodo de consultas que abrió la Consejería de Medio Ambiente. Estaba pensado para que se tuviera en cuenta a la hora de decidir si optar por la evaluación medioambiental estratégica simplificada o la ordinaria. Aportar criterios que sirvieran para decidir.

Con una visión a gran escala, ¿qué supone la plataforma del puerto de Málaga, donde se quiere levantar el hotel?

Basta con ver una imagen de satélite para ver que Málaga no es una ciudad concentrada en un solo punto sino que se extiende a ambos lados de la bahía. Hablamos de un punto situado, prácticamente, en el vértice de esa bahía y que resulta central con respecto a la ciudad. Esto no es un tema del Puerto. Es del eje metropolitano litoral. Desde el Rincón de la Victoria hasta Benalmádena impactaría en las perspectivas que se emiten desde esos lugares.

Habla de valores paisajísticos que se ponen en riesgo. ¿El valor de algo no es muy subjetivo?

Hay una infinidad de estudios que confirman la alta preferencia hacia los paisajes marítimos. Es algo que cualquier promotor inmobiliario sabe perfectamente. La panorámica hacia la bahía nos revela el espacio fundacional de la ciudad. No nos olvidemos de las manifestaciones culturales que han tenido como escenario a la bahía de Málaga. El hotel del puerto rompería con todo lo mencionado porque no es una construcción más, viene a imponerse sobre el resto de la ciudad.

¿Qué papel juega la Farola?

Está reconocida como el ícono más representativo de Málaga. No lo digo yo, lo dice el propio PGOU de la Junta de Andalucía. Sólo hay que preguntar en la calle. Cada malagueño se siente identificado de alguna manera con ese elemento arquitectónico. El problema es que la Farola quedaría empequeñecida y perdería relevancia junto a otros hitos paisajísticos. El ejemplo más claro lo tenemos en Sevilla. La torre Pelli ha anulado por completo la visibilidad de la Giralda.

El hotel como motor del turismo. Usted, sin embargo, vaticina un efecto a la inversa.

Esto es muy sencillo. El paisaje tiene un valor incuestionable para la calidad de vida de las personas y la Bahía de Málaga constituye un recurso turístico de primer orden. Cualquier agresión a este recurso va en detrimento de la actividad turística a medio y largo plazo.

Habla repetidas veces de la generación de una cuenca visual. Para los profanos, ¿qué es exactamente?

La cuenca visual hace referencia a la visibilidad existente alrededor. El hotel se vería desde 60 kilómetros a la redonda desde muchos puntos de la provincia.

¿El principal inconveniente del hotel es la altura?

La altura es un problema, desde luego. Es que hablamos del lugar con mayor visibilidad de la ciudad. Esto hay que resaltarlo. Cualquier cosa que se haga ahí, va a ser muy visible. Una ordenación del territorio racional diría que lo que se construya tiene que estar integrado en el paisaje. No se puede poner lo que uno quiera, como quiera y donde quiera.

Sobre el papel, sólo se está barajando una cesión del espacio.

En la práctica esto equivale a una privatización del uso por 50 años y renovables. La ciudad perdería un espacio público que, debidamente potenciado, podría ser un lugar simbólico para la ciudad. Generaciones de malagueños visitaban el antiguo morro. Devolver eso a la ciudad debería ser la apuesta lógica por parte de la administración.

¿Cómo hay que imaginarse el impacto que supondría el hotel?

Cojan el edificio residencial más alto de la ciudad. Póngale otro encima y, casi, otro más. Y ahora nos llevamos el edificio resultante a mitad del mar.

¿Algún partido con representación en el Ayuntamiento se ha puesto en contacto con usted a raíz de este informe?

Conmigo, no. Pero sé que contamos con el apoyo de IU, Málaga Ahora y de Juan José Espinosa. Pero cualquiera es bienvenido porque el movimiento de oposición al hotel no va de partidos. Es, absolutamente, transversal.

¿Le ha podido presentar su informe a Francisco de la Torre?

No. El colectivo Defendamos Nuestro Horizonte tiene solicitada una reunión con el alcalde desde hace tres meses y no se ha recibido respuesta hasta ahora.

El alcalde defiende que la incidencia paisajística no sería tan grave.

Tiene relevancia que esto lo diga el alcalde. Me gustaría tener una reunión tranquila y explicarle con datos técnicos todo esto. La incidencia visual nos dice que estamos ante el punto que, potencialmente, es el más visto por toda la población de la provincia.

Usted también cuestiona la viabilidad económica de este proyecto.

Pero no sólo lo digo yo. Ahí están las voces autorizadas del turismo como la del profesor Rafael Esteve Secall. Las administraciones tienen que evitar a toda costa que nos encontremos con un edificio a medio construir. El hotel del puerto puede convertirse en nuestro particular Algarrobico. Hay un serio riesgo.

¿Cómo valora que existe un acuerdo plenario para impulsar el hotel, alcanzado entre el PP, PSOE y Cs.

Me gustaría que cambiaran de opinión. Por ello hemos pedido reuniones con todos los grupos. Algunos nos han atendido. Repito, el movimiento de oposición al hotel no tiene nada que ver con partidos, es algo completamente transversal. La Academia Malagueña de Ciencias. La Academia de Bellas Artes de San Telmo. Numerosas críticas del Colegio de Arquitectos. Personas ilustres que se han manifestado en contra del hotel. Me gustaría que, al menos, uno de los partidos cambiara de opinión. Estamos ante una alianza ciertamente extraña.

¿Vería con buenos ojos que se celebrara un referéndum entre los malagueños?

Sin duda. Es algo que apoyo de lleno, siempre que la ciudadanía esté debidamente informada y conozca las consecuencias. Si es así, y los ciudadanía votaría a favor, los que estamos en contra nos iríamos a nuestra casa y ya está.

A día de hoy, ¿cree que se acabara construyendo el hotel tal y como está proyectado?

Tengo la esperanza de que no. Seguiremos expresando argumentos muy sólidos en contra de este hotel. Ha habido una clara voluntad política de apostar por el proyecto. Parece que son ellos los impulsores. Del inversor, prácticamente, no conocemos nada.