El boom del alquiler, impulsado en estos últimos años por el auge de las viviendas vacacionales, ha disparado los precios y generado una enorme escasez de oferta en Málaga capital para el tradicional mercado de personas y familias que buscan un arrendamiento de duración indefinida. El fenómeno está afectando también de forma colateral a un centro laboral de primera magnitud como es el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), situado en la barriada de Campanillas y que reúne ya a más de 18.700 trabajadores. Según explica a este periódico el director general del PTA, Felipe Romera, la tecnópolis viene creciendo desde 2014 a un ritmo de un millar de empleados al año y alrededor de la mitad de estos nuevos empleados que se incorporan cada ejercicio a las empresas del parque procede de fuera de Málaga, ya sea de otras provincias andaluzas y españolas o directamente del extranjero.

Pues bien, Romera afirma que este desembarco de trabajadores se está viendo cada vez más afectado por la actual coyuntura del mercado del alquiler, siendo cada vez más arduo para estas personas encontrar una vivienda en la que residir en Málaga. La zona de Campanillas está ya casi completa, según comentan algunos trabajadores del parque consultados por este periódico, y lo mismo empieza a suceder con zonas aledañas como Santa Rosalía-Maqueda. Cártama Estación, Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande o Pizarra (por ejemplo, en la pedanía de Cerralba) son también algunas de las opciones a las que acuden los que llegan a la tecnópolis a trabajar, mientras que muchos otros optan por buscar en la capital. El problema, en todo caso, es siempre el mismo. «Lo que hay es escaso, muy caro y en algunos casos insatisfactorio, con casas antiguas por las que se pide una renta excesiva», dicen.

En las empresas del PTA es frecuente ver en los tablones de anuncios de las cafeterías avisos de personas interesadas en compartir piso, una modalidad con la que algunos atenúan los altos precios de acceso al alquiler. «Cuando ves una oferta tienes que correr para pillarla, porque desaparecen muy rápidamente. También se encuentran anuncios por internet de pisos que en realidad son ficticios. Cuando llamas te dicen que no está disponible y aprovechan para ofrecerte otro que no tiene las mismas características y condiciones que buscabas. Ahora mismo es difícil encontrar algo, ya sea por la zona de Campanillas o por Málaga capital. Te puedes tirar semanas buscando. La opción también es compartir piso con otras personas», relata un empleado de una empresa del parque.

El director de la zona sur del portal inmobiliario Idealista, Carlos Rueda, reconoce que la demanda en Málaga es actualmente mucho mayor que la oferta existente, y apunta que la capital malagueña es, junto a Madrid y Barcelona, una de las ciudades donde más problemas hay para encontrar alquiler. De hecho, las búsquedas de alquiler en Málaga en ese portal han crecido desde 2015 un 123%.

El distrito Centro, Teatinos y Parque Litoral son las zonas más codiciadas y, por consiguiente, donde la oferta existente es más escasa y cara. «La demanda es de los propios malagueños, de trabajadores que vienen de fuera, como los del PTA, y también de extranjeros que se vienen a vivir a Málaga», explica. Los precios del alquiler han subido desde hace cinco años un 38% (un 13% en el último ejercicio), un aumento que tiene también su explicación en la revisión al alza de muchos de los contratos firmados a precios más bajos en la época de crisis (cuando la demanda era más reducida).

«Los altos precios de las zonas más centrales de la ciudad están empujando a muchas personas a la periferia, que por este mismo motivo también sube su valor». señala. A su juicio, la solución pasa por la llegada de nuevas promociones de vivienda y por una mayor protección normativa hacia los propietarios, para animarlos a que pongan en el mercado casas que ahora mismo permanecen vacías.

Viviendas en el PTA

En estas circunstancias, los rectores del PTA quieren dedicar unos 20.000 metros cuadrados de terreno, repartidos en dos parcelas del actual parque y tres de la ampliación, a edificar viviendas, algo permitido por el plan parcial de la tecnópolis. La idea es buscar promotores interesados en desarrollar este proyecto y construir edificios en varias fases con apartamentos en alquiler (no estarán a la venta) para el personal de las empresas del parque que llega a trabajar en proyectos temporales o incluso de forma indefinida.

Desde hace un año y medio se mantienen contactos con varias empresas y, aunque se detecta interés, todavía no se ha concretado nada al respecto. «Hemos hablado ya con una diez promotoras, la mayoría de Málaga y esperamos que el tema pueda salir adelante. El suelo está disponible. Ojalá podamos llegar a un acuerdo con alguien cuanto antes pero ahora mismo no nos marcamos plazos», apunta cauto Romera.

La tecnópolis detectó en su momento una demanda potencial de en torno a las 400 viviendas, según un sondeo realizado entre varias empresas del PTA. Los citados terrenos en la tecnópolis no darán más que para construir unos 250 apartamentos, según los cálculos de Romera, que aclara que con esta iniciativa no tratan de resolver el problema sino sólo de contribuir en alguna medida a que haya más oferta disponible, a la espera de que los desarrollos previstos en el PGOU para áreas como Santa Rosalía vayan cobrando forma. No hay que olvidar que el PTA aspira a que en las próximas décadas puedan alcanzarse los 50.000 trabajadores.

«Las viviendas que se harán en el parque están planteadas para las personas que llegan a trabajar, como forma de poder asentarse solos o incluso con familia durante algunos meses, hasta que encuentren una vivienda más definitiva. Pero no pondremos en principio plazos de estancia», dice. También afirma que la idea es que se trate de apartamentos pequeños, de una o dos habitaciones, siguiendo la tipología que salió más demandada en el sondeo realizado entre las empresas.

La futura construcción de estas viviendas obligará también a habilitar algunos servicios para los allí residentes. El parque ya tiene colegio bilingüe, guarderías, centro deportivo, restaurantes e incluso una farmacia. «El planteamiento ahora sería el de poner una pequeña tienda tipo supermercado y otros servicios para estas personas residentes. Pienso por ejemplo en una lavandería, aunque no sé al final qué equipamientos concretos se decidirán», afirma.