¿Qué balance hace de estos cinco años en la dirección?

El balance al frente de Esesa en los últimos cinco años ha sido muy positivo. A nivel académico hemos visto incrementada la oferta formativa en áreas como la agroalimentaria o farmacéutica, siempre desde la perspectiva de la gestión empresarial. Desde el punto de vista de alumnos también hemos aumentado el número de participantes en nuestros programas, así como los acuerdos de colaboración suscritos con distintas organizaciones y asociaciones que nos han permitido ofrecer nuestra experiencia y conocimiento a otros colectivos. A nivel personal, el enriquecimiento de estos años me ha permitido seguir creciendo como persona.

¿Qué valor añadido cree que tiene Esesa frente a otras escuelas de negocios?

Es imposible destacar un solo valor, porque hemos trabajado enérgicamente para diferenciarnos. Entre los principales valores destacaría que contamos con una formación viva, en constante adaptación a las necesidades actuales, impartida por profesionales de la materia y con un componente eminentemente práctico. Por otro lado, el trato personalizado con todos los alumnos, lo que nos permite tener un conocimiento de cada uno de ellos imprescindible para poder contribuir en su crecimiento profesional, además de los avances llevados a cabo para facilitar el acceso a nuestros programas, como el Plan Benefíciate o el descuento del 30% en las matrículas que tenemos actualmente vigente hasta final de junio. Por último, la estrecha relación con el tejido empresarial nos ha permitido ser centro de reclutamiento de estas con una bolsa de empleo activa y una tasa de inserción que supera ya el 95%.

¿Qué papel juega Esesa en la recuperación económica que se está viviendo en Málaga?

El avance en Málaga los últimos años nos ha permitido ocupar las primeras posiciones en el ranking de ciudades competitivas, esto ha sido posible gracias al capital humano que hay detrás de todo el ecosistema productivo de la provincia. Desde Esesa, nuestra contribución viene dada por la cualificación que intentamos trasladar a nuestros alumnos en las aulas, una cualificación que no sólo viene dada por los conocimientos adquiridos, sino por el desarrollo de competencias y las ya familiarmente conocidas como «skill», habilidades, que debe poseer cualquier profesional o directivo. Por otro lado, también estamos presentes en toda la actividad asociativa y colaborativa que tiene nuestra provincia, que además es única e inigualable a nivel nacional. No existe una provincia en todo el territorio español con una actividad social y profesional tan activa como Málaga, fruto de ello se ha generado un espíritu colaborativo muy importante en estos últimos años.

¿Qué le diría a los universitarios o profesionales en activo que están interesados en continuar su formación?

Que la transformación empresarial en la que estamos inmersos no sólo es digital, es una transformación mucho más amplia e implica que todos los profesionales tenemos que estar capacitados para hacerle frente, y para ello la formación y las habilidades profesionales juegan un papel importante si no queremos quedarnos fuera de este ecosistema. Debemos ser competitivos en un mercado laboral complejo en el que empiezan a convivir ya cuatro generaciones. La especialización también seguirá jugando un papel importante.