El nuevo convenio de hostelería y la nada son lo mismo, Básicamente, porque no se ha avanzado en nada. En esta entrevista para La Opinión, Gonzalo Fuentes destripa lo sucedido hasta ahora. «La peor relación vista de la historia» podría ser el título de la película. En vez de final feliz, apunta, sin embargo, a huelga.

Minuto y resultado. ¿Cómo está la negociación del nuevo convenio colectivo?

Estamos en una situación que está estancada, y lo voy a decir claro, por una postura totalmente infantil por parte de los empresarios. Los negociadores que representan al presidente y al gerente Aehcos son unas personas inexpertas. No tienen experiencia y no se mueven de su postura de máximos porque ellos han planteado a sus bases el nuevo convenio de la siguiente manera: ¿Qué les gustaría quitar de su convenio de hostelería? Claro, el resultado es una carta para liquidar todos los derechos que hemos acumulado en 40 años.

Entonces, ¿están fallando más las formas o el fondo?

Fallan las dos cosas. Pero, hombre, no se pueden sentar en una mesa de negociación a alguien que está supedito por otras personas que están en la sombra. Que son los que realmente negocian, pero que no van a la mesa.

Está insinuando usted que el presidente de Aehcos no tiene poder de negociación.

Luis Callejón tiene las manos atadas. Es un corre, ve y dile. Luego está el problema del despacho de abogados que han contratado, Garrigues Walker. Ellos no vienen a asesorar y negociar un convenio, vienen a buscar clientes. Claro, vamos a contratar a un despacho famoso y a ver cómo le quitamos los derechos a los trabajadores.

Es decir, a efectos prácticos, llevan ustedes la friolera de diez reuniones para seguir en el punto cero.

Pues sí, punto cero. La negociación está como si nunca se hubiera producido. Históricamente, hemos tenido muchos conflictos con los empresarios, pero contábamos con negociadores de verdad. Por resumirlo en una anécdota. Yo me tomé un café con Miguel Sánchez en plena guerra por el convenio en el año 2000 y luego lo solucionamos todo. Los negociadores, más allá de que haya una crítica en las formas, no pueden adoptar una postura infantil.

Usted deja claro que hay una mesa paralela que actúa en la sombra. ¿Quién se sienta en ella?

Bueno, pues los que mandan realmente.

¿Quién manda realmente?

A ver, el presidente de Hoteles Playa, el presidente de Fuerte Hoteles... empresarios con cierto poder en Andalucía. Estas personas llegan y le marcan las pautas a Callejón. Pero la cara hay que darla aunque te la partan. Hay que ir a la mesa y afrontar tus principios.

¿Podemos hablar de un distanciamiento inédito entre las partes?

Desde luego, no he conocido una situación como la que estamos viviendo ahora. Nunca se ha visto semejante falta de madurez en la negociación. Sinceramente, la única solución es que haya nuevos negociadores o que se amplíe la mesa.

¿Hasta qué punto está cerca la convocatoria de una huelga?

Ya se tendría que haber convocado. Lo que pasa es que los sindicatos somos muy responsables y somos conscientes de que una propia convocatoria en sí hace más daño que la propia huelga. Automáticamente, saltan los titulares a los periódicos de todo el mundo. Pero los empresarios no pueden confundir responsabilidad con debilidad. Si la postura de los empresarios no cambia en la reunión del martes, la huelga está servida.

¿Cree que el paro todavía se puede evitar?

Mi experiencia negociadora me dice que nos vamos a ver obligados a convocar la huelga. Ojalá me equivoque.

¿Cuentan los sindicatos con el respaldo de los trabajadores del sector?

Absolutamente. Lo hemos comprobado en la marcha de la semana pasada. Las muestras de apoyo han sido masivas.

¿Cuál sería el calendario de los paros?

Los meses que se barajan no pueden ser otros que julio, agosto y septiembre.

Huelga en plena temporada alta. Suena a pesadilla en la Costa del Sol.

Pesadilla es lo que nos espera si nos plegamos a los empresarios. Tenemos que ser conscientes de que de otra manera no puede haber un futuro para el turismo. Una industria no es sostenible si no hay un trabajo decente y un salario decente. A los trabajadores nos ha llegado la hora de recibir parte de la riqueza del turismo.

Para que quede claro, ¿qué exigencias ponen sobre la mesa y que consideran innegociables?

La externalización. Tiene que quedar claro en el nuevo convenio que si el empresario decide externalizar cualquier departamento, y digo cualquier departamento porque en este punto siempre se habla de las camareras de piso, al trabajador que venga se le tiene que aplicar el convenio de hostelería. No puede ser que firmemos un convenio y al día siguiente los hoteleros puedan contratar al 50% del salario. Es se llama dumping social y explotación laboral. Creo que es importante que empecemos a nombrar las cosas por su nombre.

¿Qué pasa con los días de descanso?

No vamos a renunciar a los dos días seguidos de descanso. Los empresarios quieren que descansemos día y medio durante el verano. Luego se recuperaría lo acumulado en invierno. Claro, eso si no me he muerto de la carga de trabajo.

Otro punto candente es la formación.

Negociamos en su momento que el 50% del tiempo lo pone el trabajador y el 50% la empresa. Ahora pretenden que la formación se haga fuera de la jornada laboral. Cualquier curso de inglés, lo que sea, que el trabajador lo haga en su tiempo libre. Eso es inadmisible. Luego los empresarios se llenan la boca hablando de la formación. Aquí hay cierto cinismo.

¿Qué tienen en mente en relación a la subida salarial?

No nos vamos a conformar con migajas. La reflexión que hay que hacer es la siguiente: la subida salarial en el último convenio fue del 4,5%, pero al mismo tiempo la rentabilidad por habitación ocupada ha ascendido un 35,5%. ¿Qué pedimos los sindicatos? Pues si hablamos de un convenio de cuatro años, una subida del 4% por año.

Los empresarios aseguran que la rentabilidad real no es como la pintan ustedes.

Hombre, los datos que acabo de exponer son datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Si empezamos a cuestionar las estadísticas, entonces vámonos.

Los empresarios exigen mayor flexibilidad y se justifican en que el turismo ha cambiado y que la supervivencia de la industria está en juego.

Lo que ellos llaman flexibilidad es directamente esclavitud laboral. ¿Flexibilidad es que se hagan contratos de una semana, incluso de horas? Eso no lo vamos a permitir. No vamos a tirar por la borda lo que hemos conseguido en 40 años de negociación colectiva.

Pero el cambio está ahí. Internet, irrupción de nuevos portales, reservas sin gran antelación...¿No hay que amoldarse?

¿Qué tiene que ver el cómo se reserva con el trabajo que hace una camarera de piso? El único cambio se produce en el departamento de reserva. Antes se levantaba el teléfono, pues ahora se hace por el ordenador. Ya está. Eso son argumentos falaces de los empresarios y que carecen de cualquier tipo de peso. Yo soy un gran defensor de la flexibilidad interna acordada con los comités de empresa de cada centros de trabajo. Que cada hotel negocie en la función de la demanda del momento. Nada tiene que ver un hotel en Málaga con un hotel de sol y playa.

¿Una camarera de piso en la provincia gana 1.700 euros?

Una camarera de piso en la provincia de Málaga gana unos 1.100 euros neto. Puede llegar a 1.150. Un sueldo decente. ¡Ojo! Siempre que se le aplique el convenio. Nosotros hemos denunciado en la provincia de Málaga 44 hoteles que se saltan el convenio al externalizar el servicio. Gran parte de esos hoteles están en la capital. ¿Por qué? Porque son los hoteles de nueva creación. Todos los hoteles nuevos contratan a las camareras de piso con un 51% menos en los salarios. Por el mismo trabajo, las camareras de piso externalizadas no llegan a los 700 euros. Y que esto se pueda hacer, es consecuencia directa de la reforma laboral.

¿El problema de las kellys existe en la Costa del Sol?

Claro que existe. Los empresarios lo saben. Si hay 44 hoteles denunciados ante la inspección de trabajo. Lo que es triste, es que los propios empresarios no defiendan a la mayoría que no externaliza. Si esto supone una competencia desleal para los propios hoteles. Sobre todo, para los más emblemáticos.

Siempre ponen de ejemplo al convenio de Baleares. Los empresarios aseguran que lo firmarían punto por punto.

Cuando quieran. Mañana mismo. Ahora, lo que no puede ser es que me quedo con los puntos que me interesan y con los que no, pues fuera...

¿Qué pasa con las viviendas con fines turísticos?

Pues aquí estamos totalmente de acuerdo con los empresarios. Es un fenómeno que se tiene que regular y las normas tienen que ser las mismas. A una vivienda turística se le tienen que exigir lo mismo que a un apartamento reglado.

El Ayuntamiento acaba de decidir que no gravará con impuestos a las viviendas con fines turísticos. ¿Qué le parece?

Pues que es un error gravísimo. El turismo tiene cosas muy buenas. La gran mayoría de cosas que aporta es muy positiva. Pero también genera deterioro. Calles, residuos, infraestructuras. Y si alguien se enriquece gracias al turismo, tiene que pagar una plusvalía. Espero que se rectifique.

¿Málaga necesita más hoteles?

Yo creo que no. A las pruebas me remito. En Málaga hay habitaciones disponibles, prácticamente, a lo largo de todo el año.

Hotel del Puerto. ¿Sí o no?

Claramente, no. Cualquiera con dos dedos de frente sabe que en Málaga no hay capacidad para llenar esa planta hotelera, tal como está prevista. Estamos ante un proyecto especulativo que va camino, si se construye finalmente, de ser el nuevo Guadalpin.