Plagas de miles de medusas como las vividas el fin de semana pasado serán más habituales este verano. Los enjambres de medusas se han multiplicado en esta primavera en el Mediterráneo hasta niveles como hacía años que no se veían y la causa es la falta de depredadores naturales. El responsable del Aula del Mar, Juan Jesús Bellido, explicó que el descenso de los caladeros de sardinas y boquerones ha privado de uno de los principales depredadores naturales de las medusas cuando son larvas, lo que ha multiplicado la presencia de ejemplares en la fase adulta.

"Es imprevisible, pero ahora se está detectando en todo el Mediterráneo una población elevada de medusas", subraya Juan Jesús Bellido, que señala que el hábitat natural de estos enjambres son las aguas abiertas, pero las corrientes a veces los llevan a la costa y se producen 'invasiones' como las vividas el fin de semana pasado, con 11 toneladas de medusas recogidas.

Las imágenes de pescadores sacando las sardinas de entre cientos de medusas es normal, en la medida que los bancos de peces y medusas suelen coexistir. No obstante, el equilibrio depredador se ha roto por el descenso de boquerones y sardinas en los caladeros. Estos peces comen grandes cantidades de larvas de medusas, controlando de forma natural la población, al haber menos bancos, las medusas aumentan.

Las causas de este descenso de los caladeros no se puede achacar sólo a la sobreexplotación pesquera. La pesca tiene cierta incidencia, pero no es el principal motivo de esta caída. La contaminación, con la permanente falta del saneamiento integral de la costa, afecta a la calidad de las aguas, clave para la reproducción y cría de boquerones y sardinas. Además, la exigencia de una mayor cantidad de recursos hídricos y la consiguiente construcción reduce de forma drástica los aportes de nutrientes y sedimentos al mar, lo que también afecta a la calidad de los caladeros.

Sobre la incidencia de las tortugas en el control de la población de medusas, el reponsable del Aula del Mar apunta que es sobre todo simbólico, ya que el número de tortugas es bajo y se alimenta de ejemplares adultos, por lo que consume una cantidad mucho menor por ejemplares que los boquerones y las sardinas.